Hijo AmadoMuestra

Soy parte de la familia de Dios

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19).

Cuando naces de nuevo, y conoces la identidad que te corresponde como hijo de Dios, te vuelves parte de su familia. En 1 Corintios 12:27 Pablo nos indica que todos somos miembros los unos de los otros y que pertenecemos al cuerpo de Cristo, cada uno tenemos una función diferente, lo que nos hace únicos y especiales.

Así como la familia es un grupo de personas unidas por un parentesco, la Iglesia es un grupo de personas unidas a través de Jesús, y así como la familia carnal debe ser un lugar de paz, de amor y crecimiento, también la familia espiritual debe serlo.

El deseo de Dios es que podamos tener un lugar seguro en donde seamos, fortalecidos, edificados, cimentados en amor y desarrollemos todo nuestro potencial para cumplir el plan de Dios como Iglesia y como individuos.

“…sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que, si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan” (1 Corintios 12:25b-26).

Recuerda que Dios nos llamó a un nuevo nacimiento, a reconocer nuestra identidad como hijos de Dios y a vivir en familia. La invitación de este tercer día es que no te quedes solo en los primeros pasos, vive en familia y crece en amor por las personas y por nuestro amado Jesús.

Te invito a que reflexiones en esto: ¿Estoy tratando a los demás como quiero ser tratado? ¿Qué puedo hacer para edificar a otros miembros de la familia de Dios?