Una Nueva OportunidadMuestra

Jesús escogió a sus discípulos no por lo buenos que eran, los escogió por el corazón que tenían, aunque para las personas no valgamos la pena o simplemente pasemos desapercibidos, para el Señor tenemos un valor especial.

Recordemos como el Señor escogió a David por encima de todos sus hermanos, quizás más fuertes y capaces pero el Señor le dijo a Samuel no juzgues por su apariencia o por su estatura, porque yo lo he rechazado.

El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón (1 Samuel 16:7). Jesús miró en sus discípulos una condición en la que podía mostrar su gloria y no me refiero a una condición de inteligencia, riqueza o poder, todo lo contrario, una condición difícil social y económicamente en donde lo único que podría resplandecer y tener valor era el Señor.

El Señor quiere darnos la oportunidad de seguirlo, esa oportunidad de ser salvos y servir en su propósito, y no te lamentes por tu debilidad, el Señor conoce tu condición y el día de hoy te dice “bástate en mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.

Así que la debilidad que podamos tener ya no es excusa para no servir al Señor, es un motivo para ver su gloria en nuestra vida y en el propósito eterno.