Venciendo en La PérdidaMuestra

NO LLAMES MARA A LA PÉRDIDA

La historia de Noemí se asemeja a la de muchos. Ella tenía una familia, esposo e hijos. Su esposo Elimelec y sus hijos casados Mahlón y Quelión, sus esposas Orfa y Rut respectivamente. Una familia como todas, con sueños, metas y proyectos pero llegó la tragedia, el padre murió y a los pocos años sus hijos. Qué dolor tan grande para Noemí, a tal punto que se cambió el nombre. Su dolor, resentimiento con Dios, la estaba llevando a sumergirse en un cambio desde su interior, estaba amargando su alma sin esperanza de vivir, su sonrisa ya no estaba presente.

Ahora su nombre era “Mara” que significa amargada. Si entraste a esta condición de tu corazón te invito y animo a que lo reconozcas y renuncies a él. Créeme, detrás hay una gran ganancia. No permitas que tu corazón se desconecte de tu Creador, acércate a Él con intención de ser ayudado, restaurado. La pérdida no es castigo del Señor. De Él solo brota amor, mira más allá.

Vuelve a sonreír, a mirar con dulzura, regresa a tu contentamiento, sé gentil nuevamente. Alguien espera verte como eras. Si hoy reconoces que perdiste tu esencia en cualquier área de tu vida por la amargura de tu alma, es tiempo de arrancarlo de tu corazón en el nombre de Jesús.

Noemí significa dulzura, afabilidad, gentileza.