El Atormentador De TormentasMuestra

¡¡Me encanta este concepto de Dios!! Dios no es un osito de peluche y cuando Dios quiere, las montañas se derriten ante su presencia. ¿Lo puedes ver? Imagínate a Dios paseando por tu ciudad, los montes se deshacen como si de un helado se tratara. Esto es lo que dice el Salmo 97:5 Los montes se derritieron como cera delante de Dios, delante del Señor de toda la tierra.

Dejamos de temer cuando descubrimos lo poderoso y temible que es nuestro Dios.

Hay una ilustración que representa muy bien esto. ¿Qué ocurriría si encierro a un grupo de personas en una habitación y suelto algunas cucarachas sabiendo que les da pánico? Es muy probable que se escuchen zapatazos y muchos gritos. Es normal, es una situación que puede producir asco, temor, rechazo … Minutos más tarde decido meter un león en esa misma habitación. ¿Dónde crees que están mirando ahora las mismas personas? ¿Crees que ahora están enfocadas en las cucarachas? Por supuesto que no, ahora sus ojos están enfocados en el león, ahora están temiendo por su vida, están orando como nunca antes para salir vivas de esa habitación, ¿cierto o no? Pues eso es lo que nos ocurre con Dios. Cuando contemplamos Sus atributos, las cucarachas dejan de ser problemas y se convierten en anécdotas sin importancia.

El león está de nuestra parte, ¿lo sabes? Tenemos con nosotros al ser más manso y al mismo tiempo al más temible que la creación haya conocido. Dios no fue creado como nosotros, no entiende de límites, no se asusta, no se amedrenta por nada en este mundo, no le tiembla el pulso, no sufre de baja estima, Sus pies reposan sobre todo el planeta tierra y Su trono lo ha establecido a lo largo y ancho del cielo.

Isaías 66:1 Esto dice el Señor: "El cielo es mi trono y la tierra es el estrado de mis pies".

El problema con nuestros miedos, es que nuestra mirada está enfocada en los Goliats.

Los Goliats tienen poder cuando te comparas con ellos, pero si pones a Dios en el lugar que le corresponde, esos gigantes acabarán siendo simples cucarachas inofensivas. Pueden que causen molestias, pero no tienen poder para hacerte daño.

Consejo del día: No te enfoques en aquello que te provoca temor, céntrate en la grandeza y en la potencia de Dios.

Motivo de oración: Dedica unos minutos a orar declarando que el único que tiene control de tu vida es el Señor. Declara estas verdades, descansa y reposa en el Señor. Como antes te comenté, Dios no está asustado.