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El Plan De Dios Para Transformar NacionesMuestra

El Plan De Dios Para Transformar Naciones

DÍA 2 DE 8

Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. Nuestra Fe vence al mundo.

Cristo apareció para deshacer las obras del Diablo (1 Juan 3.8), para derrotar su maldad triunfando sobre ella en la Cruz, para redimir y recuperar todo lo que le es propio desde la eternidad (Romanos 11.36), y para la restauración completa de su reino. La Iglesia es el instrumento que, guiado por el Espíritu, ha de manifestar esa voluntad del Padre.

El mundo (el sistema entendido como la alianza espiritual, temporal, espacial y material entre Satanás y el viejo hombre, la carne, por medio de la desobediencia), ha sido vencido ya. No será vencido mañana. Ya fue vencido. Y todo lo que es nacido de Dios, vence al mundo. Nuestra fe vence al mundo. Creer y manifestar a Cristo vence al mundo (1 Juan 5.4).

Nuestra fe no son nuestras buenas intenciones, religiosidad, milagros, profecías, señales, prodigios o expectativas optimistas. Todo eso, lamentablemente es susceptible de operar en el hombre carnal (Mateo 7.21-22), por mejor que sea la voluntad humana. Y si esta realidad no está absolutamente sometida a Cristo en la cruz, se convierte en un placebo altamente peligroso y potencialmente absorbido por los engaños de la carne (Efesios 4.22) y la operación de nuestro enemigo en esa dimensión.

La fe que vence al mundo es la absoluta certeza y convicción de la realidad de Cristo. De la vigencia de un Reino Celestial, espiritual, invisible y eterno que debe ser manifestado. Y la fe que vence al mundo se expresa en la absoluta obediencia a la voluntad del Rey de Reyes que es Cristo, en sí, la única cabeza del Cuerpo (Colosenses 1.22).

La fe que evidencia la realidad del reino invisible, en comunión con la obediencia completa a la voluntad del Padre en Cristo, mediante su espíritu, son infalibles en la derrota de satanás, y la transformación del mundo, hasta que toda la tierra que está llena de la gloria del Señor, sea completa del conocimiento de Dios, como las aguas cubren el mar, en la acción combinada del cuerpo en Cristo mediante el espíritu santo (Habacuc 2.14).

Así, la expectativa de Dios es que todas las cosas sean llenas de Cristo, siendo reconciliadas consigo por la tarea corporativa de la iglesia en el espíritu. A esto se dedica el cuerpo de Cristo. A cumplir el deseo del Padre. Obedeciendo Su voluntad. Fe y obediencia en el amor de Jesús, expresan poder supereminente de Cristo a través de mujeres y hombres transformados que transforman para vencer al mundo.

ORACION. Espíritu santo te pedimos que fortalezcas con poder a nuestro hombre interior, que es nacido de Dios, para que Cristo habite con plenitud en nuestros corazones. Que tu naturaleza espiritual absorba nuestras mentes y seamos llenos de la mente de Cristo, a fin de no sólo conocer sino también comprender y obedecer tu voluntad. Llenos de tu amor. Y llenos de una fe que es tan poderosa que encierra en sí misma la capacidad de vencer al mundo y transformarlo. Todo nuestro ser está en ti Señor Jesús. Amén.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

El Plan De Dios Para Transformar Naciones

El plan eterno de Dios es que Cristo sea manifestado en todo. Y que todas las cosas sean reconciliadas con Él. Tomando la forma original con que fueron creadas. Esto es una REFORMA. Y la Iglesia existe para cumplir ese mandato. Nuestro desafío es ser transformados por la mente de Cristo para transformar el mundo.

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Nos gustaría agradecer a Gastón Bruno por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.efop.com.ar/web/