David Y Mical: El Problema De Volver Con Tu ExMuestra

COMO TODO EMPEZÓ

"Pero Mical, la otra hija de Saúl, estaba enamorada de David. Y cuando se lo dijeron a Saúl, le agradó saberlo" (1 SAMUEL 18:20 DHHED).

Él era un muchacho de familia, trabajador, músico, valiente y vigoroso, temeroso de Dios… ¡Rubio y de hermoso parecer! (1 Samuel 16:18). Ella… ¡Ella era una princesa! La hija menor del gobernante del pueblo de Dios, hermana de su mejor amigo (1 Samuel 14:49). Ella lo amaba; él era timido, pero estaba dispuesto a matar cien hombres por ella. Él se llamaba David, que significa “amoroso”; el nombre de ella era Mical, que quiere decir “arroyo”.

Sé que estás esperando el “pero” de esta historia. Lo normal sería que el problema fuera que su padre se opusiera… ¡Pero no! El pasaje introductorio dice que cuando el padre se enteró que a su hija le gustaba el muchacho, le agradó saberlo.

Entonces, ¿qué tenemos en esta historia? Un buen muchacho, una chica de familia y un suegro feliz con su yerno: la fórmula para la felicidad familiar, ¿o no?

Amigo lector, si las cosas fueran siempre como empezaron, la vida sería predecible y la felicidad se anticipara. Pero –por fin el “pero”– en el mundo en que vivimos la historia no suele ser una línea recta. Se parece más a esos viejos audífonos de cable que se enmarañaban cuando los colocabas en tu bolsillo. Lo que empezó con la aceptación del padre se convirtió en una persecución sin cuartel al hombre “más peligroso” de la nación.

Como las historias de amor que nos gustan, el amor resultó más fuerte que el duro corazón de aquel suegro. Cuando Saúl quiso matar a David, Mical le advirtió a su esposo, lo ayudó a salir de la casa y montó un señuelo para darle tiempo a escapar (ver 1 Samuel 19:11-17).

¡Qué dolorosa despedida debió ser esa! Con la adrenalina de la persecución y el vacío del amor que se marcha, las emociones debieron estar a tope. Pero la huida era por poco tiempo. Solamente hasta que el rey se calme, ¿cierto?

Bueno, la historia continúa. Lamentablemente todo lo bonito y romántico de la narración termina aquí. Lo que sigue nos enseña la realidad que no te cuentan las películas románticas de Disney. Si crees que estás listo para ver la cruda realidad, sigue leyendo a tu propio riesgo.

Lecciones al margen:

- La vida real es dura, y nos golpea fuerte. Estamos expuestos al peligro de que nuestros sueños no se realicen, o sean obstaculizados de forma injusta y no anticipada. Por eso, al establecer nuestras relaciones necesitamos sabiduría y dirección divina.

- Cuando las cosas vayan mal en tu relación de pareja, siéntate y recuerda cómo se conocieron. Recuerda las virtudes y cualidades que te llamaron la atención de tu pareja, y cuáles le llamaron la atención a tu pareja de ti. Muchas de esas cosas siguen ahí, haz todo lo que puedas para despertarlas.

- Pr. Neilyn Solís