Sé Quien Soy en Cristo JesúsMuestra
"No en nuestra fuerza"
Cuando comprendes que en realidad estás cimentado en Cristo Jesús, entiendes también que no has hecho nada para ser quien eres en Él; es decir, quien eres en Él, ha dependido de la providencia en gracia que has recibido de parte del Padre, quien a través de su Espíritu ha forjado en ti el carácter de Jesús desde aquel momento en que fuiste sellado.
Es un maravilloso regalo el poder comprender que lo que has dejado de ser y quien eres ahora, ha sido por voluntad del Padre, por el obrar de su poder en ti, por la medida de fe que recibiste, por la gracia que ha operado la tranformación que necesitas y que te moldea a la identidad de Jesús. No hay mérito alguno en la transformación que has sufrido y seguirás sufriendo por causa de la adopción celestial que has recibido.
No significa que el entender que no hay mérito alguno en ser quienes somos en Crito Jesús, tenga que ser la justificación para asumir una actitud pasiva frente al pecado y al frente al compromiso que como hijos de Dios debemos ejercer, porque podrán algunos decir: "no tengo que hacer nada, todo lo hace Dios"; para algunos puede ser la manera más cómoda de justificar su desobediencia y su falta de compromiso, confundiendo la gracia con la libertad para pecar; sin embargo, esto nunca será lo que produce en un hijo de Dios, la libertad que da la Verdad revelada por el Espíritu Santo.
El comprender que no hemos hecho nada para ser quienes somos en Cristo Jesús, produce en nosotros temor de Dios; el deseo de santificación se aviva en nosotros cada vez que profundizamos y nos adentramos en la revelación que trae consigo la sabiduría de nuestro Padre, mientras más comprensión de su gracia, más deseo por honrar su Nombre, viviendo en la identidad que nos asemeja a Él; en sus fuerzas, no en nuestra fuerza, siendo los primeros testigos de la transformación que produce su poder en nosotros, para gloria de su Nombre.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando sabes de dónde te sacó Jesús, qué hizo por ti, cómo ha transformado tu vida y cuál fue el poder que te entregó a través de su redención; sabes quién eres en Él, reconoces que es de Él de quien dependes, que es Él quien te da plenitud y que es en Él en quien todo lo que vives cobra valor y propósito. No hay nada ni nadie que pueda apartarte de la esclavitud que por amor ejerces hacia Él, una vez recibiste el sello de su identidad.
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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/confiadosenJesucristo