Devoción: ¿Cómo Llevar Tu Vida Al Siguiente Nivel?Muestra

¿TODO EL CORAZÓN, TODA MI ALMA, TODAS MIS FUERZAS?

Algunas veces has escuchado la frase: "Ni todo el amor, ni todo el dinero", haciendo referencia a que nunca se debe entregar todo de alguien en esta vida. Por ejemplo, imaginemos que alguien viene y pide prestado para pagar sus deudas. Tenemos una cantidad favorable que podemos prestar, sin embargo por inseguridad y desconfianza, tuvo que prestar solo una parte. Al igual al pensar en una relación aún antes de entrar en la relación ya pensamos en que en algún momento nos van a terminar traicionando. Quizás muchos de nosotros pensamos que esto tenga sentido, pero, al parecer existe alguien que demanda todo de nosotros, alguien que tiene todo el derecho de pedirnos nuestro corazón y nuestra alma ese es Dios el creador de todo cuanto existe.

Hablemos más al respecto:

Y Él le respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (MT: 22:37).

Nosotros como humanos por naturaleza pensamos en no entregar todo de nosotros. De manera egoísta preferimos no dar todo lo que tenemos. Sin embargo, Dios nos exige absolutamente todo lo que somos, nuestro corazón lo cual da referencia a nuestra voluntad y deseos. Cuando se nos menciona alma nos muestra en un sentido amplio lo que es la vida, la mente hace referencia a lo intelectual es decir nuestros pensamientos y cuando pensamos en amar a Dios, es imposible hacerlo por nuestra propia naturaleza.

En Romanos vemos que todos nos desviamos, no deseamos a Dios por nosotros mismos y todos nos alejamos de Él.

"Todos se han desviado, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, No hay ni siquiera uno" (Rom 3:12).

Esto nos es un problema ya que Dios es Santo y es nuestro creador. Él nos demandará cuentas, como un juez el cual tiene un delincuente frente a él. Sin embargo, tenemos una esperanza, esta esperanza es Cristo, en Él encontramos salvación. Por medio de Su sacrificio en la cruz nos reconcilia con el Padre y tenemos paz para con Dios.

"Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo" (Rom 5:1 ).

Y es entonces cuando podemos amar de manera sincera al Señor. Pero, ¿qué implica esto? ¿Qué significa que debo amar al Señor con todo mi corazón alma y mente?

"¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto, Los que andan en la ley del Señor! ¡Cuán bienaventurados son los que guardan Sus testimonios, Y con todo el corazón lo buscan!" (Salmos 119:1-2).

En este verso logramos distinguir cómo el salmista desea y se goza en la Palabra de Dios, cómo él guarda en su corazón Sus mandamientos. Entonces el amar a Dios implica guardar Su Palabra de corazón y obedecer Sus mandamientos, Sus dichos para no pecar contra Él.

Cuando nosotros encontramos este deleite en obedecer la Palabra de Dios es cuando comenzamos a amar a Dios con todo lo que somos. Comenzamos a obedecer a rendir nuestra vida y eso trae gozo y felicidad. De esa manera podemos amar a Dios con toda nuestra mente alma y corazón como el salmista escribió.

Cuando nosotros dependemos de nuestras capacidades, conocimientos o recursos eso es desviarnos de lo que Dios quiere; cuando no atesoramos Su Palabra y no nos vestimos de Sus virtudes (Amor, paciencia, mansedumbre etc.), en esas circunstancias no amamos al Señor completamente.

Quizás pudieras orar diciendo:

Padre lléname de ti, dame gracia para poder amarte con todo mi corazón. Cambia aquellos deseos que no te glorifiquen, que toda mi vida te de gloria. Ayúdame a vivir en santidad, llena mi mente de tu verdad para poder agradarte y servirte solo a ti. Señor, quiero amarte con todo mi corazón, mi alma y mente, amén.