Ya no persigas al vientoMuestra

Es temporal

Es temporal. Lo que estés pasando, bueno o malo, es temporal.

Hace muchos años, un hombre predicaba en el funeral de una prima de su madre. Era una reunión junto a la tumba en la parcela familiar. Había varios parientes enterrados cerca. El predicador estaba a punto de orar para terminar el servicio y levantó la vista. Había varias lápidas a su lado y una llevaba su nombre. Tropezó y casi se cae dentro de la tumba, por estar tan conmocionado. «Vaya», pensó. «Algún día, estaré tumbado ahí mismo».

En 1888, Alfred Nobel, el inventor de la dinamita, se despertó y leyó su propio obituario en el periódico local. Se trataba de un simple error periodístico: había muerto el hermano de Alfred. Cualquiera se sentiría perturbado en esas circunstancias, pero para Alfred la conmoción fue significativa. Por primera vez, se vio a sí mismo como le veía el mundo. En aquella necrológica lo llamaban «el rey de la dinamita», un gran industrial que había amasado una enorme fortuna produciendo explosivos. Para la opinión pública, este era el objetivo de la vida de Alfred. Era «el mercader de la muerte» y solo por eso sería recordado.

Mientras Alfred leía el obituario con horror, resolvió hacer un cambio. Esto solo podría hacerse mediante la disposición final de su fortuna. Su última voluntad y testamento serían la expresión de los ideales de su vida. El resultado es que ahora lo recordamos por el Premio Nobel de la Paz, que se concede anualmente a quienes más han hecho por la paz. Alfred Nobel vio su obituario y decidió cambiar la trayectoria de su vida. Si tu vida hoy, no está marcando la diferencia, puedes cambiar su trayectoria.

La Escritura nos dice que Dios ha puesto la eternidad en el corazón humano. Todos tenemos la sensación de que somos criaturas eternas, de paso en el tiempo. Aunque sabemos que somos eternos, cada día de nuestra vida está lleno de lo temporal. Las personas que tienen un mayor impacto en el mundo son las que comprenden que están en un viaje eterno, que van hacia un destino y no persiguiendo el viento.