A través del valle—Avanzando en la vida con DiosMuestra

Todas mis lágrimas en tu frasco

«Tú cambiaste mi duelo en alegre danza;me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría» (Salmos 30:11 NTV).

Hay un tiempo para el duelo, un tiempo para llorar. El dicho «alegra esa cara» y sé fuerte no siempre se puede poner en práctica. A veces es necesario ceder a las lágrimas y dejarlas correr.

Tal vez ha fallecido un ser amado, o de repente te has dado cuenta de que perdiste la oportunidad sobre algo que nunca volverá a llegar. Rechazaste una relación, y al pasar el tiempo te encuentras solo. Has pasado la edad de la maternidad y no arrullas a un bebé en brazos. Estás atrapado con un sentimiento de remordimiento que nunca podrás corregir ya que estás parado ante la tumba de una madre o un padre. El dolor abrumante te amenaza. Dios lo sabe.

Él lleva un registro de todas tus tristezas. La Biblia dice: «Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco, has registrado cada una de ellas en tu libro» (Salmos 56:8 NTV). Y también dice que Él convertirá tu tristeza en alegría, tu luto en danza.

¿Cómo es posible? Tú sabes que se necesitará un milagro, algo que solo Dios puede hacer.

Los israelitas entienden lo que significa pasar de lo imposible a lo posible: Maná en el desierto; agua de una roca; provisión divina en un desierto seco y estéril.

El libro de Números en el capítulo 21 describe el viaje de los israelitas a través del desierto, desde Moab hasta Beer. La gente se desesperaba sin agua a la vista, nada para saciar su sed abrumadora. Dios le dijo a Moisés que reuniera a la gente, y Él les daría agua. Un pozo para refrescarse, un milagro.

El luto se convirtió en alegría. La situación desesperada del pueblo de Israel se alivió con la provisión de Dios. Allí, los israelitas cantaron: «¡Brota, oh pozo! ¡Sí, canten sus alabanzas!» (Números 21:17).

Dios puede hacer lo mismo por ti. Él puede hacer que broten manantiales de vida en tu alma. Comienza entregando tu dolor más profundo a Aquel que puede realizar el milagro imposible; y entonces tal vez, solo entonces, el tiempo de danza comenzará.

Ora: Dios, necesito desesperadamente tu toque y tu ayuda. Te entrego mi dolor y te pido un milagro de alegría.

Busca: ¿Sientes que la tristeza abruma tu alma? Abre tu corazón y derrama esa angustia ante el Señor. Luego pídele que convierta tu tristeza en alegría.

Declara: ¡Brota, oh pozo de Dios! Brota en mí.

¿Has disfrutado de este devocional de 4 días?

Este es un extracto del nuevo libro devocional, Through the Valley—Move Your Life Forward in God, disponible aquí. Para continuar tu travesía y obtener más recursos inspiradores, visita LauraWoodworth.com.

Gracias a Maggie Riffler por su ayuda en esta adaptación al español y a Vada Scott por su contribución y ayuda.