🛋 Siéntate a los pies de Jesús

En el relato de Marta y María, tal y como se habla de ello en el capítulo 10 del evangelio de Lucas, podemos ver que las dos reaccionaron de una manera muy diferente ante la visita de Jesús.

Marta actuó de la manera que se esperaba de ella: atenta y esforzada, buscaba hacer todo lo posible para que Jesús estuviera cómodo y a gusto.

Desde preparar la comida hasta asegurarse de que todos los elementos estuviesen bien, no paraba de ir de un lado para otro, y de trabajar con sigilo para que Jesús y Sus discípulos tuvieran un tiempo maravilloso.

El elemento disruptivo vino a través de su hermana, María. Culturalmente, en la Judea de aquellos tiempos, las mujeres no podían recibir instrucción juntamente con los hombres. ¡Ningún rabino hubiese jamás aceptado a una mujer entre sus discípulos!

Sin embargo, María tenía tanto deseo de escuchar y aprender de Jesús, que no solo no ayudó a su hermana Marta en las tareas del hogar (como era su responsabilidad), sino que, además, dice la Biblia que María, "sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra" (Lucas 10:39).

¡Eso era tan ofensivo para la mentalidad de aquella época! Es probable, de hecho, que alguno de los discípulos de Jesús se sintiese también molesto por esa situación.

La buena noticia es que Jesús no estaba ofendido. Él es Aquel que dijo: "al que a mí viene, no le echo fuera" (Juan 6:37). ¡Jesús anhela tanto conectar de corazón con cada uno de nosotros!

Querido/a amigo/a, ven hoy conmigo a los pies de Jesús, y pasa allí todo el tiempo que quieras escuchándole hablar a tu vida.

No hay nada que pueda compararse con estar en la Presencia de Dios, y permanecer ahí, dejando que Su Palabra se haga vida en nosotros.

Toma hoy el tiempo necesario para sentarte a los pies de Jesús. Si puedes sentarte en el suelo, por ejemplo en la alfombra del salón, mientras abres tu corazón al 100% a Él en oración, lees porciones de Su Palabra, y apuntas en tu diario todo lo que sientes que Él te está diciendo.

¡Él ama tanto el que pases tiempo en Su Presencia!

¡Eres un Milagro!

Christian Misch