Milagro en mí: Los milagros de la vida diaria.Muestra

El milagro de la fe

En un mundo lleno de dolor, sufrimiento y heridas, todos buscamos a un Salvador. Puede que conozcamos al Dios del Antiguo Testamento que partió el Mar Rojo en dos. Y puede que conozcamos al Jesús del Nuevo Testamento que resucitó a Su amigo Lázaro. Pero, ¿cómo nos ayudan esas historias hoy en día? ¿Cómo afrontamos las pruebas y el profundo dolor que vemos a nuestro alrededor?

En nuestra cuenta de Instagram publicamos una encuesta preguntando: "¿En qué área de tu vida estás orando por un milagro?". Estas son algunas de las respuestas que obtuvimos...

Por sanidad de toda enfermedad.

Para superar toda preocupación.

Por victoria sobre la soledad y depresión.

Por el trabajo y, en otros casos, por desempleo.

Por aquellos que aún han de ser salvos.

Y la lista continúa. Todos oramos por un milagro, pero ¿cómo es el proceso de orar por un milagro? ¿Sigue Dios haciendo milagros?

En griego (el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento), la palabra "milagro" tiene varias traducciones, según la naturaleza de lo que Jesús haga. Está la traducción sēmeion que significa “señal", ergon que significa “hecho", teras que significa “maravilla” y dunamis que significa “poder”. La importancia de que un "milagro" no se defina con una sola palabra revela su propia naturaleza. Un milagro es una señal, procedente de un hecho, cuyo poder captura nuestro asombro. Este conjunto de palabras nos muestran que los milagros apuntaban a algo más grande que a un acontecimiento singular. Fiódor Dostoievski dijo: “Para el realista no es la fe lo que nace del milagro, sino el milagro el que nace de la fe”.

Al igual que a nuestros seguidores en redes sociales, queremos hacerte la misma pregunta "¿En qué área de tu vida estás orando por un milagro?"

Los que tienen más probabilidades de ver un milagro son los que oran y creen por uno. La canción "Miracle In Me" (Milagro En Mí) de Red Rocks Worship dice: "Oh, no me iré de aquí igual".

Qué declaración decir "no me voy de aquí igual". Algo parecido pudo haber dicho la mujer cananea cuando se encontró con Jesús durante Su ministerio. Ella vino a Él pidiéndole ayuda, ya que había un demonio que poseía a su hija. En ese momento, el ministerio de Jesús se centraba principalmente en Su pueblo, los judíos. Esta mujer, como cananea, no pertenecía al pueblo de Jesús y, sin embargo, se acercó a Jesús con una profunda humildad. Reconocía que no era digna, pero creía que Él podía hacer un milagro por ella.

Jesús le dijo: "Mujer, tienes mucha fe. Tu petición ha sido concedida. Y su hija quedó curada en aquel momento" (Mateo 15:28).

Ella creía que un milagro podía suceder y sabía que no se iría sin un cambio.

¿Creemos lo mismo? ¿Tenemos fe para ello? Si no es así, quizá sea hora de volver a hacer juntos grandes oraciones.

Reflexiona mientras escuchas "Miracle In Me" (Milagro En Mí) de Red Rocks Worship:

¿Cuál es tu opinión actual sobre los milagros?

¿Qué milagro necesitas ahora mismo en tu vida?

Tómate un momento para hacer una pausa y orar sobre qué milagro puedes necesitar. Empieza con algo pequeño, solo decláralo hoy. Ve en paz.