Lecciones de JonásMuestra

Reenfocado pero resistente

¿Sabías que solo hay cuatro versículos en el libro de Jonás que hablan del pez grande que se lo traga? Esta historia no es sobre un pez grande; se trata del gran perdón de Dios. Jonás experimentó ese perdón cuando fue conveniente pero groseramente vomitado en la costa. Jonás fue señalado directamente a Nínive, pero sintió que no merecían recibir el amor de Dios. "Pero Jonás se quedó muy disgustado, y se enojó" (Jonás 4:1). El perdón fue grandioso para Jonás, pero no para los demás. Se volvió a enfocar en Dios, pero se resistió a seguirlo.

El diablo es bueno para hacer que nos disgustemos por la forma en que Dios da la gracia, como si Dios perdonara a aquellos que consideramos súper pecadores de alguna manera devaluara el perdón que nos da. ¡No es así! No menosprecies a alguien porque él o ella peca de manera diferente a ti. Todo pecado destruye nuestra relación con el Todopoderoso. Mira a Dios, agradeciéndole que Su gracia es universal, imparable y puede sanar cualquier cosa que hayas hecho mal.

Jonás se equivocó. El gran perdón de Dios no se debilitó al dárselo a la gente de Nínive. La gracia de Dios demostró su utilidad, valor y validez al destruir los pecados de una ciudad entera dedicada al mal.

Cuando veas a la gente un poco áspera alrededor de los bordes espirituales, no los menosprecies. Ora por ellos para que sepan lo que tú sabes: Dios tiene un gran perdón para todos los pecadores. ¡Nos han tratado mejor de lo que merecemos! Tratemos a los demás de la misma manera.

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