SantidadMuestra

La santidad requiere un esfuerzo continuo

Hoy quiero hablarles sobre el esfuerzo continuo que debemos hacer para vivir en santidad. Dios nos ordena ser santos porque Él es santo y Él quiere que seamos como Él y nos provee la ayuda necesaria para que nuestro esfuerzo tenga frutos.

La santidad no es algo que se logra de la noche a la mañana, sino que es un proceso que dura toda la vida. Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, somos santificados y justificados ante los ojos de Dios. Pero esto no significa que hemos alcanzado la perfección en nuestra vida cristiana. Todavía tenemos que luchar contra el pecado y buscar la santidad cada día.

La santidad implica la renovación de nuestra mente y la transformación de nuestro corazón. Pablo nos dice en Romanos 12:2: "No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta".

La renovación de nuestra mente implica que debemos cambiar nuestra manera de pensar y nuestras actitudes hacia la vida. Debemos dejar de pensar y actuar como lo hace el mundo y empezar a pensar y actuar como Jesús lo haría. Debemos llenar nuestra mente con la palabra de Dios y permitir que el Espíritu Santo nos guíe en todo lo que hacemos.

La transformación de nuestro corazón implica que debemos dejar que el amor de Dios llene nuestras vidas y transforme nuestras emociones y deseos. Debemos aprender a amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

La santidad también implica la obediencia a la palabra de Dios. Jesús nos dice en Juan 14:15 "Si me amáis, guardad mis mandamientos". No podemos ser santos si no obedecemos la palabra de Dios. Debemos esforzarnos por vivir de acuerdo con los mandamientos de Dios y buscar su voluntad en todas las decisiones que tomamos.

En resumen, la santidad es un proceso continuo que implica la renovación de nuestra mente, la transformación de nuestro corazón y la obediencia a la Palabra de Dios. No podemos alcanzar la santidad por nuestra cuenta, sino que necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para guiarnos en este proceso.

Como cristianos, debemos esforzarnos por ser santos porque Dios es santo y Él nos llama a ser como Él. Debemos buscar la santidad cada día y confiar en la gracia de Dios para guiarnos en este proceso.

Que el Espíritu Santo nos guíe en nuestro camino hacia la santidad y que podamos ser un testimonio vivo del amor de Dios en nuestras vidas.

PD: Es maravilloso que hayas finalizado estos días donde has aprendido acerca de la santidad, estoy emocionado al pensar que tu vida va dar un salto gigante en tu relación con Dios. ¿Estás de acuerdo que será muy bueno seguir conociendo más de Dios y de sus planes para ti? Si quieres recibir cada día un mensaje de aliento en tu correo electrónico, puedes suscribirte en este enlace . Además, al suscribirte recibirás el libro electrónico “10 claves para conectarte con Dios”, el cual te ayudará a profundizar en tu comunión con Dios.