SantidadMuestra

La santidad se practica en la vida cotidiana

La santidad no es simplemente un concepto abstracto, sino que es algo que debe manifestarse en nuestra vida cotidiana. Como dice 1 Pedro 1:16: "Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".

La santidad no se trata de seguir una serie de reglas externas, sino de vivir una vida conforme a la voluntad de Dios. La santidad es una actitud del corazón que se manifiesta en nuestras acciones y en nuestras relaciones con los demás. La santidad se refleja en la manera en que hablamos, en cómo tratamos a los demás y en nuestras decisiones cotidianas.

Pero, ¿cómo podemos vivir una vida santa en un mundo lleno de tentaciones y distracciones? La respuesta se encuentra en la Palabra de Dios. En Filipenses 4:8, Pablo nos dice: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad".

Nuestros pensamientos son el primer paso hacia la santidad. Debemos enfocarnos en lo que es verdadero, honesto, justo, puro y amable. Debemos llenar nuestras mentes con la Palabra de Dios y con pensamientos que nos acerquen a Él, en lugar de llenarlas con las cosas del mundo que nos alejan de Él.

Además, la santidad también se manifiesta en nuestra relación con los demás. En Efesios 4:32, se nos dice: "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo".

La santidad se refleja en la manera en que tratamos a los demás. Debemos ser benignos, misericordiosos y perdonar a los demás, tal como Dios nos ha perdonado a nosotros en Cristo. Debemos tratar a los demás con amor y respeto, sin juzgarlos o criticarlos.

Hermanos y hermanas, vivir una vida santa no es fácil, pero es posible gracias al poder de Dios que obra en nosotros. Debemos enfocarnos en Él y llenar nuestras mentes y corazones con Su Palabra. Debemos tratar a los demás con amor y respeto, y perdonarlos cuando nos hieren.

Recordemos siempre las palabras de 1 Pedro 1:16: "Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo".