Empieza la fiesta - BachilleratoEjemplo

¿Alguna vez te has preguntado qué piensan los demás de ti? ¡Todos nosotros lo hacemos! ¿Y no te ha parecido agotador? Dedicamos mucho tiempo y energía a especular qué estará pasando en la mente de los demás. ¿Qué te parecería dejar de obsesionarte con lo que los demás piensan de ti y empezar a pensar en el bien de los demás? Sería mucho menos estresante y mucho más gratificante. En definitiva, no podemos controlar lo que los demás piensan de nosotros, pero sí podemos controlar cómo los tratamos y velar por sus necesidades más que por las nuestras. Hacer esto no sólo ahorra energía mental, sino que también sigue el ejemplo que Jesús nos dejó.

Hoy, pídele a Dios que te ayude a ver que otras personas a tu alrededor tienen la humildad de poner sus necesidades por encima de las tuyas.