Libre de la ComparaciónMuestra

La honestidad nos acerca a Dios

En la Palabra de Dios dice que:

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9).

Todas las mujeres, nos enfrentamos con esta realidad: nuestro corazón es engañoso y perverso.

¿Cuántas cosas ocultamos las mujeres? Nuestras imperfecciones físicas, nuestros complejos, nuestras heridas.

Cuando Gianna, mi primera hija tenía 3 meses sentía que algo no estaba funcionando bien en mi corazón. A esa altura la falta de perdón estaba afectando mi maternidad.

Se notaba en mi estado de ánimo y en la falta de gozo mi corazón, y sentía que no podía conectar con mi hija como esperaba hacerlo.

Porque la falta de perdón afecta todas las relaciones, pero daña las más cercanas.

La falta de perdón es el cáncer del corazón.

Que por más que haya comenzado como algo pequeño, puede volverse en una raíz de amargura y transformarse en un enorme resentimiento.

Lo que te va convirtiendo en una mujer infeliz, resentida y frustrante.

Todos los días hablaba con Dios, leía mi Biblia. Pero no conseguía tener paz en mi mente y en mi corazón.

Entonces oraba entre lágrimas; Señor Tú das paz como el mundo la da, pero algo no está bien en mi corazón.

No necesite pensar mucho, Su espíritu claramente trajo en mi corazón convicción de pecado, tenia que perdonar.

Empecé desde ese día a escribir mis dolencias emocionales, mi rabia, mi enojo, mi dolor entregándoselo al Señor, Y Él empezó a sanarme.

La honestidad extrema con Dios, es el primer paso para Su obra en nuestro corazón. Es la llave a la miseria de nuestra alma.

Dios no desea que vivamos aparentando estar siempre bien, Dios nos quiere honestas ante Él. Sin filtros ni palabras muy elaboradas. Simplemente sinceridad. Y Él empieza a trabajar en nuestra sanidad.

Oración

Señor te entrego como me siento en este momento, cansada, desanimada, preocupada, dolida y sola.

He estado comparando mi vida con el de otras mujeres, mi maternidad, mi realidad. Y esto me ha drenado la paz.

Pero quiero entregarte todo lo que siento, y me arrepiento de la envidia, el celo que he alimentado en mi vida por la comparación.

Deseo vivir una vida en libertad, esa libertad que tuvo un costo tan alto. Tu muerte en la cruz.

Limpia mi mente y corazón con Tu sangre Jesús, renuncio alimentar los pensamientos de comparación.

En el nombre de Jesús, amén

¿Quieres libertad emociones en tu rol como mamá? Humíllate ante el Señor. Permite que El toque esas heridas que nadie más conoce, y disfruta de una maternidad con el corazón sano.