Milagros Sobre Las AguasMuestra

¿Qué se supone que haga ahora?

Esta podría ser la pregunta de Pedro luego de ver a Jesucristo, en una cruz, él no había visto el final, no había leído mateo 28 y no sabía que Jesús iba a resucitar y seguiría haciendo grandes cosas.

De seguro Pedro quería seguir hablando de Jesús a otros, pero estas preguntas incómodas que le hacían:

“¿Por qué murió? ¿Por qué no bajó de esa cruz? ¿Por qué no se defendió?" (Marcos 15:30-32).

Pedro no tenía respuestas.

Estaba tan confundido como ellos.

Tan decepcionando, que quiso volver a lo que conocía.

¿Te ha pasado?

Esas preguntas incómodas: ¿Por qué si eres cristiano y has visto milagros, no viste sanar a esa persona? ¿Por qué murió? ¿Por qué no solo te defendiste?

Ahora estás como Pedro, podías predicar a otros mientras veías los milagros palpables, pero ahora sientes que todo se tornó oscuro.

Vuelves a lo conocido.

Pedro veía olas venir e irse.

Un gran mar, y anhelando un golpe de suerte para que algún pez llegue a su red.

No es que no creas, solo no sabes qué responder.

Jesús se paró a la orilla y los podía ver a cada uno de ellos, podía reconocer como se sentían, y ellos solo veían a alguien en la distancia.

Una orden de Jesús cambia el escenario.

“Lancen la red a la derecha”.

Y allí pasa el milagro. Una red que se llena, pero no se rompe.

Pedro recuerda el primer milagro y Juan recuerda el autor de ese milagro.

Es Jesús dice Juan.

Dios les decía: lo hice una vez y lo puedo hacer de nuevo, me viste en tus primeros pasos, y también me verás hasta el final.

El mar de experiencias me sigue perteneciendo a mí.

Yo sigo dando la orden a tu provisión.

Yo sigo siendo el que te alimenta.

Yo puedo transformar todo lo que conoces.

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