Activa tu mente: ConviccionMuestra
Desde el día que nacemos, aprendemos a comunicarnos con otros. Pero esta comunicación está ligada mayormente con la confesión de la boca. La confesión de la boca es la manifestación de lo que guardamos en nuestro corazón. Es decir, primero pensamos y luego expresamos la idea con la boca.
Según expertos en el tema, los hombres hablan unas 20 mil palabras por día, mientras que las mujeres hablan 30 mil palabras por día. De modo que una persona ordinaria habla unos 600 millones de palabras durante toda su vida.
Se necesitan aproximadamente unas 20 mil palabras para escribir un libro. De manera que estamos escribiendo 1 libro todos los días. Por tanto, la cuestión es qué clase de palabras escribirás en el libro de tu vida.
El Talmud enseña: “Las palabras son siervos cuando están en la boca, pero dueños cuando salen de ella”. Proverbios es un libro de sabiduría. Habla de diversos temas cotidianos de mucho provecho. Sin embargo, ¿sabías que el tema principal de este libro es la confesión de la palabra? El autor dedica 120 versículos para hablar de este tema. La Biblia dice: “En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto” (Proverbios 18:21).
La confesión de la boca es un elemento tan cercano a la vida real que ni siquiera nos damos cuenta de que tenemos la capacidad de hablar, ni del contenido de nuestro lenguaje.
Pero lo cierto es que el lenguaje viene a ser el espejo de nuestro corazón. El corazón es invisible, pero se hace visible mediante nuestras palabras. Por tanto, si tú quieres conocer las intenciones de una persona debes oír atentamente sus palabras. “Pero lo que sale de la boca viene del corazón y contamina a la persona” (Mateo 15:18).
Entonces, ¿cómo debe ser nuestra confesión? Nuestra confesión debe caracterizarse por la convicción, porque la convicción es sinónimo de fe. Fíjate en la Biblia. La Biblia es la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es segura. Jesús no dijo: “Espero que te sanes algún día”, sino que dijo con convicción: “¡Todo se hará tal como creíste!” No dijo: “Puede ser que te salves”, sino que dijo con convicción: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”.
No digas suposiciones ni hipótesis, sino ten convicción de lo que dices. Isaías 55:11 dice: “Así es también la palabra que sale de mi boca; no volverá a mi vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos”.
La confesión de la boca con convicción mueve el corazón de quien lo escucha. Elías movió el mundo al decir: “Te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene” (1 Reyes 17:1), Josué hizo lo propio al decir: “Sol, detente en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón” (Josué 10:12), y Jesús movió las circunstancias al decir: “¡Silencio! ¡Cálmate!” (Marcos 4:39).
1 Pedro 4:11 dice: “El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios”. Dios es un Dios que habla claramente. Por tanto, si quieres mover el corazón de quien te escucha, debes ser claro al hablar.
Escrituras
Acerca de este Plan
En respuesta al éxito del devocional “Activa tu Mente”, el Dr. Ariel Kim arroja más luz sobre el tema para que tú también puedas activar la mente a través de la convicción.
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Nos gustaría agradecer a La Cuarta Dimension Latinoamerica por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.amazon.com/-/es/Ariel-Kim/dp/9875573248