Activa tu mente: ConviccionMuestra

El segundo elemento que activa la mente es la convicción. La convicción es la otra palabra de la fe. Hebreos 11:1 dice: “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (RV 60, énfasis mío). La convicción, al igual que el deseo, es una sustancia invisible, pero que se refleja en lo externo.

La convicción es creer que se puede, que es posible, y entrar en acción. Pero para tener convicción, uno debe conocerse a sí mismo.

La Palabra de Dios dice en Génesis 12:2 que “somos bendición”. Es decir, tú no necesitas contraer matrimonio en tal fecha, ni mudarte a otra casa de tal dirección para ser “bendecido”, puesto que tú eres la fuente de bendición. “Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo... bendito serás en el hogar, y bendito en el camino” (Deuteronomio 28:3, 6). En palabras más simples, la bendición no está en las circunstancias, ¡sino dentro de ti!

Dios es la fuente de toda bendición. Pero a Dios le complació bendecir al hombre, y considerarlo como bendición. “Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de tí serán bendecidas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3).

Quizás tú te sientas como aquel billete de 100 dólares que luego de haber circulado por mucho tiempo, y de haber pasado de mano en mano, ha sido pisoteado y maltratado, a tal punto de que ha quedado totalmente arruinado.

En mis conferencias de la Cuarta Dimensión, suelo llevar conmigo un billete de 100 dólares en un estado impecable. Luego, lo doblo, lo maltrato, lo arrojo al suelo, y lo pisoteo. Y explico: “Así nos sentimos muchos de nosotros. Nuestros sueños han sido pisoteados, nuestras vidas han sido destruidas, y no tenemos futuro. Nos preguntamos si Dios nos aceptará de todos modos, y pensamos que no”.

De repente, pasa alguien al frente, y le obsequio el billete de 100 dólares, diciendo:

“Hermano, este billete está en un mal estado. Ha sido maltratado, y está totalmente arruinado. De todas maneras, ¿tú aceptarías este billete?”.

El hermano lo toma con todo gusto. ¿Por qué? Porque es un billete de 100 dólares, ¡y sigue teniendo el mismo valor de siempre! Obviamente, luego de la reunión, la persona tiene el compromiso de devolverme el dinero, pero la enseñanza queda impresa en su corazón para siempre.

No pienses que es demasiado tarde, empieza de nuevo. No permitas que el fracaso del pasado te ate, y te impida tener una vida mejor. El hecho de que todavía tengas vida en esta tierra significa que Dios tiene algo que hacer con tu vida, y tu destino no se ha cumplido aún. “Sin embargo, como está escrito: Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman” (1 Corintios 2:9).