Callando los silenciadoresMuestra

Callando los silenciadores

Dios te ha hecho único. Tienes una forma única en la que fuiste llevado a Cristo, y una forma única de contar esa historia. Tal vez te salvaste de la depresión, la ideación suicida y el quebrantamiento. Tal vez te hayas liberado de la inmoralidad, la adicción, el odio o la posesión demoníaca. Tal vez te hayas curado de un abuso sexual, una enfermedad fatal, un corazón roto, una mente perdida. Sea lo que sea que Dios haya hecho por ti, debes hablarlo.

Hay tanto poder en nuestra voz. Hay muchos ejemplos poderosos de habla en las Escrituras. Dios literalmente creó los cielos y la tierra al hablar. Jesús echa fuera demonios ordenándoles que se vayan. Jesús resucitó a los muertos diciéndoles que volvieran a estar vivos. Jesús les dijo a los vientos y a la tormenta que se calmaran. Jesús le dijo a un paralítico, levántate y anda. Jesús le dijo al pescador, “echa tus redes al otro lado de la barca”. Jesús oró para que el pan y los peces se multiplicaran para alimentar a 5.000. Jesús sanó a una mujer lisiada diciéndole que fuera libre. Seguramente, podemos ver que el habla es poderosa; entonces, ¿por qué permaneceríamos en silencio?

Sé ruidoso acerca de tu testimonio, sé vocal acerca de la bondad de Dios. Hay tantos métodos de predicar las buenas nuevas. Tal vez Dios ha puesto en tu corazón ser un predicador, escribir una canción, comenzar un podcast, ser un terapeuta, un orador motivacional, ser un influyente en las redes sociales, escribir un libro, ser un bloguero, dirigir una película o un programa de televisión, escribir una investigación. Envía correos electrónicos, baila, toca un instrumento, dibuja o pinta, haz una aplicación, comienza una estación de radio o comienza un estudio bíblico.

Lo importante es que encuentres un método para comunicarte. Es muy importante que seamos ruidosos. Más fuerte que los que quieren silenciarnos. Más fuerte que el enemigo, más fuerte que la duda, más fuerte que la sociedad. Te desafío a compartir tu testimonio y un mensaje de esperanza y amor hoy. Podemos sentir que no tenemos mucho, pero la verdad es que tenemos mucho para dar. ¡Ve ahora a esparcir a Jesús por los rincones de la tierra!