Escucha Su vozMuestra

FORTALECIDOS EN SU AMOR.

¿Quién no ha vivido momentos de desánimo al enfrentarse con situaciones nuevas y desconocidas?

Las diferentes etapas de la vida por las que todos los seres humanos tenemos que pasar también incluyen momentos de angustia y zozobra al no saber cómo actuar, sintiéndonos solos y desamparados; como si lo que estamos viviendo nadie lo entendiera y nadie nos pudiera ayudar. Cuando leemos la Palabra de Dios que es viva y eficaz; podemos encontrar esas promesas que van a llenar nuestra alma de descanso y reposo no importando lo que estemos viviendo en ese momento. “Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan" (Sal. 23:4). Cuando entendemos que nosotros somos como esas ovejas que el Buen Pastor cuida con tanto amor y esmero, podemos estar plenamente seguros que sea lo que sea por lo que estemos atravesando, Jesús saldrá a nuestro encuentro y con Su favor nos ayudara a salir adelante y seremos bendecidos. No importa que tipo de problema o situación estemos viviendo, siempre podremos estar seguros y confiados que la dirección y aun la corrección del Todopoderoso, serán suficientes para que nuestra alma sienta alivio y nuestro espíritu sea fortalecido en la prueba. Nuestra fe se ira aumentando y creciendo cada ves que comprendemos plenamente que lo que estamos viviendo producirá en un futuro, una victoria y éxito en nuestra vida. Siempre y cuando seamos dóciles para aceptar la corrección y el nuevo rumbo que debemos tomar. Podemos detenemos a meditar en las palabras que nos confortan y animan en el Salmo 23:5 y sentir ese abrazo y cuidado tan especial y personal que el Buen Pastor tiene para con nosotros de forma que nadie mas lo puede hacer; y eso nos hace sentir reconfortados y muy amados. No importa lo angustiante que pueda ser lo que estamos viviendo, siempre Jesús tendrá para nosotros ese alimento fresco que hará que seamos fortalecidos y nuestra confianza en el futuro será afirmada, entendiendo que somos hijos del Dios de lo imposible; y que siempre podremos contar con Su misericordia a pesar de lo que estemos atravesando en nuestra vida. Cuando estamos en esa comunión cercana con Dios, Su Espiritu Santo nos impregna, nos unge con Su presencia, y todo aquello que en algún momento sentíamos como soledad y miedo, se van desvaneciendo por estar llenos de ese favor de Dios que nos hace andar, no en nuestra fuerza y capacidades, sino en el poder del Espiritu Santo. Y podemos estar seguros que siempre tendremos esa llenura de Dios en nuestra vida cada vez que ponemos atención y escuchamos Su voz trayendo a nuestro corazón reposo y a nuestra alma paz. Todo parecerá diferente y seremos transformados en nuestra manera de pensar cada vez que dejamos que Jesús, el Buen Pastor nos guíe en nuestro caminar diario.

Teniendo la certeza y la seguridad de quién es el que nos cuida y está al pendiente de todas nuestras necesidades, nuestra alma y nuestro cuerpo reposan y tienen ese descanso que tanto anhelamos encontrar. Nuestro espíritu se alegra cuando estamos en esa comunicación continua con nuestro Buen Pastor Jesús. “Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos. Me honras ungiendo mi cabeza con aceite. Mi copa se desborda de bendiciones".

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR:

¿Necesitas de la ayuda del Buen Pastor para encontrar paz?

En medio de los problemas ¿a quién acudes primero a pedir auxilio?

En medio de los problemas, ¿crees que el Buen Pastor puede cambiar tus planes por los suyos?

ORACIÓN:

Señor sé que solo tú tienes palabras de vida eterna para mi vida y que todo lo que yo estoy viviendo me ayudará a fortalecer mi fe… Te pido en el nombre de Jesús que mi oído sea abierto para escuchar Tu voz y creer Tus promesas. Amén