¿Qué guía mi vida?

Dice Rick Warren, autor del libro Vida con propósito: “Todos tenemos algo que guía nuestra vida”.

Quizá tú puedes ser guiado por el enojo, el resentimiento, el orgullo, el miedo. Algunos son guiados por el pasado y viven en depresión, otros quizá por lo que pueda ser el futuro y viven con ansiedad. Tal vez unos cuantos viven guiados tratando de agradar a los demás, a sus padres, a ser mejores, a tener cosas, riquezas, tener éxito, etc.

El Apóstol Pablo decía: "Todos mis títulos y todas las cosas que pueda tener, pierden valor delante de Dios” (Filipenses 3:8), delante de Sus planes y delante de Su propósito, porque Él es el guía de mi vida.

Si nos ponemos a pensar por un momento, hay muchas cosas que pueden guiar nuestra vida, pero la mayoría terminan en algo que no tiene valor, ni sentido.

Si vivimos conociendo nuestro propósito en Dios aquí en la tierra, podemos encontrar el sentido de nuestra vida, y vivir con esperanza viendo al futuro y creyendo que Dios tiene todo en Sus manos, que Él ha trazado cada cosa que sucede en nuestras vidas para cumplir Su propósito en nosotros.

Además, cada uno de nosotros tiene un libre albedrío, podemos decidir vivir en el propósito de Dios o en nuestros planes, pero es ahí en donde decides ir por el camino angosto, en donde al final te llevará a una eternidad de paz, o bien puedes elegir el camino ancho en donde el final significa destrucción (Mateo 7:13-14).

Y aunque el camino estrecho es complicado, puedes tener esa confianza que todo lo que sucede es conforme al plan de Dios y que Él tiene el control de todo.

Al respecto Rick Warren dice: “Cuando la vida tiene sentido entonces y solo entonces podremos soportar cualquier cosa, de lo contrario todo se vuelve insoportable”.

Romanos 8 dice que: "Todas las cosas nos ayudan a bien, a los que somos llamados a su propósito". Y aun cuando el dolor, la angustia, la tristeza de perder un familiar, la injusticia se haga presente, el propósito de Dios para nuestra vida prevalece y nos recuerda que Él tiene todo en Sus manos y nos conforta. Aún cuando parece que Él no esta cerca, siempre está ahí cuidando de nosotros, guiándonos a un glorioso propósito.