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La invitación está abierta para todos

Así como el mensaje de salvación es para todos, el bautismo también lo es. Dios le habló a Pedro a través de una visión para que bautizara a los gentiles; mientras él compartía el mensaje de salvación también se derramó sobre ellos. Dios anhela que seamos parte de Sus planes, por eso extiende la invitación a bautizarse a todo aquel que crea en Él.

Gracias al sacrificio de Jesús en la cruz fuimos adoptados como hijos de Dios. Mediante el bautismo en agua reconocemos públicamente la convicción que tenemos acerca de Jesús como nuestro Señor y Salvador. Ahora le pertenecemos a Cristo, por tanto, nos une algo más grande y fuerte: nuestra condición de hermanos. Te invitamos a confirmar, a través del acto del bautismo, la decisión que tomaste de seguir a Jesús.