Una Casa FirmeMuestra

Sube y baja

Un día alegre, otro día triste; un día creyendo, otro día dudando; un día temiendo, otro día confiando. Como seres humanos experimentamos una diversidad de sentimientos y emociones que son generados por las circunstancias. Creo que le podemos llamar el sube y baja de la vida.

Los salmos lo evidencian, porque encontramos en un mismo salmo una gran expresión de fe y confianza, y unos versículos después pareciera que una nube se cierne sobre el salmista y le escuchamos hablar de pesar, de temor, de incertidumbre.

Lo maravilloso, lo que nos da esperanza y paz es que el Dios a quien servimos es inconmovible. Él no está sujeto a nuestro sube y baja. Él no cambia, es el la roca firme sobre la que se posa nuestra vida. El salmista lo sabía, por eso dijo: “Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte delante del enemigo" Sal. 61:2-3.

Para cada una de nuestras emociones Dios tiene palabras de fe. Él nos anima, y nos da esa fortaleza divina que necesitamos para seguir parados sobre la roca. Qué pobreza la del mundo, la de aquellos que no tienen a Jesús. El piso se tambalea bajo sus pies y cada paso que dan les aleja más de Dios. Están, como decía el rey David, parados sobre lodo cenagoso.

Pero a nosotros, los de la familia de Dios, los redimidos por Su sangre, Él nos ha puesto los pies sobre peña, sobre la roca que es Cristo. Es por ello que Pablo, a pesar de la diversidad de circunstancias difíciles que atravesó en su vida ministerial y personal, pudo exclamar: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Dios había puesto sus pies sobre la roca.

¿Tuvo noches de temor? Sí ¿Tuvo momentos de gozo? Sí. El gran Apóstol Pablo no dejó de ser humano cuando fue llamado por Dios, y jamás quiso esconder sus luchas y debilidades. Las expresó públicamente por lo que todavía podemos escucharlas. “Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor” 1 Cor. 2:3. ¿El Apóstol Pablo: “débil, temeroso y tembloroso”?

Sí, amados este gran hombre de Dios también subía y bajaba en el estado de sus emociones. Pero, su fe le hacía confesar que estaba sentado en lugares celestiales con Cristo Jesús. Su fe lo llevó a cantar en el calabozo oscuro de una cárcel romana. Pablo escribió hermosas epístolas, tales como la de Efesios y Filipenses desde una húmeda y lóbrega cárcel. Desde allí pudo decir: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" Ef. 1:3.

Sepamos, amados, que aun en el sube y baja de la vida, podemos tener la certeza de que Dios está con nosotros. “Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo” Is. 41:13.

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Agradecimiento especial al pastor Jonathan Riddering por su colaboración en el arte gráfico.