Él nos entiende. ¿A quién amaba Jesús?Muestra

# 5 Jesús amaba al chico en la periferia.

Cada persona que conoces en la Biblia tiene una historia detrás de ella. Cuando conoces un poco más sobre ellos, los entiendes mejor y puedes relacionarte con la manera en la que actúan.

Jesús le prestaba atención a la gente. No solo contaba buenas historias ni enseñaba cosas sagradas a distancia, sino que venía a tu casa. A tu mesa. Él llegaba a conocerte. Dejaba que el amor goteara como un café denso y suntuoso. Lo suficientemente relajado, concentrado e interesado para que las conversaciones fluyeran.

Varias veces en la historia de Jesús lo vemos sanar a alguien. Imagínate conocer a una de esas personas tomando un café con ellas y escuchar sus historias de primera mano. Imagínate conocer a Simón…

—Conocí a Jesús en uno de los peores días de mi vida. Escuché que estaba en la ciudad, pero no quería arriesgar la esperanza de que me sanara. Había estado enfermo durante mucho tiempo. Tan enfermo que nadie podía acercarse a mí, ni siquiera mi familia. Pero Jesús se acercó. De hecho, vino a buscarme.

»Invitó a mi mano pobre y débil a tocar la suya. “¿Quieres ser sanado, Simón?”.

»Por supuesto, el milagro que realizó en un instante restauró la vida a mi cuerpo, pero la forma en que cambió mi corazón no detendrá estas lágrimas, ni ahora.

»Me siento frente a él en la mesa de mi familia ahora. Le dije: “Siempre tienes un lugar en mi casa, Jesús”, y para mi sorpresa, Él vino. Mi esposa, sonriendo de nuevo, nos llama para un festín. Mi nieto está en mi rodilla. Miro a través del feliz alboroto de los platos pasando y el vino siendo vertido y de la música sonando y la gracia fluyendo, para encontrarme con los ojos de mi sanador que me mira de vuelta. ¿Qué veo en sus ojos? Amor, amor puro.

»Solo cuando mi nieto se acercó para agarrar mi barbilla, mi mirada se apartó de la suya y la música llenó de nuevo mis oídos. Ahora Jesús ríe con mis hijos, con lágrimas brillando en sus ojos mientras compartimos el pan.

»Confía en Él antes, eso es lo que te diría hoy en tu dolor. Ve a buscarlo. Se necesitó de este misterio milagroso para darme esta vida hoy, oh, desearía haberle creído antes. ¿Y tú? Di conmigo también: ”Haz de mi corazón tu hogar, Jesús”.