Adornados Por JesúsMuestra
¿Qué vestido llevas?
Una de las enseñanzas de Jesús acerca de nuestras preocupaciones es que no nos afanemos por qué vestiremos o qué comeremos, haciendo referencia al cuidado que Él tiene de nosotros. La manera como nos vestimos dice mucho de nosotros, habla de nuestros gustos, de nuestra condición socio económica, de nuestra personalidad, y a veces también de la cultura y las costumbres. Sea como sea que nos vistamos, cubrir el cuerpo es una de las necesidades básicas del ser humano.
Así como vestimos nuestros cuerpos de la misma manera debemos también llevar vestida nuestra alma. Cuando Jesús habló a la iglesia de Laodicea le dijo unas palabras muy fuertes. “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas” (Apc. 3:17-18).
La desnudez del alma implica ruina espiritual, ausencia del vestido de Dios en nosotros. El consejo de Jesús a la Iglesia es que cubra su desnudez con vestiduras blancas. ¿Cómo se obtienen esas vestiduras? Solo por la fe en Cristo y Su sacrificio en la cruz nuestros pecados son perdonados y borrados, haciendo así que desaparezcan todas las manchas de maldad en nuestras vidas y vistiéndonos de la justicia de Dios.
Pero las vestiduras blancas no son el único atuendo que llevamos los cristianos. La Palabra nos habla de otros vestidos que también deben engalanar nuestras vidas. En Efesios se nos habla de la armadura del cristiano, la cual sabemos que no es una armadura física sino espiritual (Ef. 6:12-18). La armadura no debe llevarse a medias, ésta debe cubrirnos de la cabeza hasta los pies, para que como dice la Palabra podamos resistir el día malo y estar firmes en la fe.
La Biblia también nos enseña que debemos estar vestidos de Jesucristo, lo cual solo podemos lograr por la obra del Espíritu Santo en nosotros. Es tener Su mente, es amar lo que Él ama, es vivir con la consciencia de la importancia de agradarle y ser imitadores de Él. Es desechar lo malo y procurar lo bueno, es descansar en la justicia que Él alcanzó para nosotros en la cruz.
Hay otros vestidos que también quiere Dios que tengamos. Leamos en Col. 3:12: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”. Así como nos ocupamos de vestir nuestro cuerpo, procuremos con diligencia llevar vestida nuestra vida de Jesús y con Él vendrán todas las prendas espirituales que Dios quiere que vistamos.
Acerca de este Plan
Al Señor Jesús le ha placido adornar nuestras vidas con exquisitos adornos que el mundo jamás nos podrá dar. Son adornos que provienen de lo alto, del mismo corazón de Dios. Este plan nos llevará a la Palabra para que ella nos sirva como espejo. Es en ella que mejor podemos ver el reflejo de nuestra vida y darnos cuenta de cuán adornados estamos de los adornos de Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/grettchen.figueroa