Manejo Del DueloMuestra

La brevedad de la vida

La pérdida de un ser querido a menudo nos hace darnos cuenta de la realidad de la brevedad de la vida.

La vida es frágil y fugaz. Para algunos, este viaje durará solo unos pocos años. Para otros, durará muchas décadas. Pero para todos, algún día llegará a su fin.

Conscientes de la inevitabilidad de la muerte, debemos disciplinarnos para reflexionar sobre cuán cortas serán nuestras vidas.

Pero a veces se necesita toda una vida o la pérdida de una vida para conocer nuestros límites. Es por esto, que Moisés en el Salmo 90:12 nos pide que oremos “Enséñanos a contar nuestros días para que tengamos un corazón sabio”.

Contamos lo que valoramos: dinero, resultados deportivos, calorías, etc. Entonces, si valoramos nuestros días, también deberíamos contarlos. Así como alguien que sobreestima su capital financiero puede ser fiscalmente irresponsable, alguien que sobreestima su esperanza de vida puede ser finitamente irresponsable. Hay una inmensa sabiduría en tratar el mañana como un regalo en lugar de darlo por sentado.

La brevedad de la vida es un hecho obstinado e innegable. Podemos pensar en la incertidumbre de la vida, el hecho de que cualquiera de nosotros puede morir hoy o mañana, pero la vida no solo es incierta, también es muy breve.

Job dice: 'El hombre nacido de mujer es corto de días y lleno de problemas. Brota como una flor y se seca; como sombra fugaz, no perdura… Los días del hombre están determinados; has decretado el número de sus meses y has puesto límites que no puede exceder. Si tú lo abandonares, el dejará de ser; entre tanto deseará, como jornalero, su día” (Job 14:1-6).

O, en las palabras de Moisés, en el Salmo 90:10 “La duración de nuestros días es setenta años, u ochenta, si tenemos la fuerza; sin embargo, su duración no es más que tribulación y dolor, porque pasan rápidamente y nosotros volamos”.

Una persona que piensa que es un adulto, pero vive como si nunca fuera a morir es un necio, al menos, así es como Dios llamó a uno de su clase en las escrituras (Lucas 12:20).

Darse cuenta de que la vida es breve debería tener un efecto muy aleccionador en ti. Debe conducirte a hacer el mejor uso del tiempo.

El significado y la realización de tu breve vida terrenal solo se pueden encontrar si buscas obedecer, amar y servir a Dios.

Pablo escribió: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24).

De esta manera, cuando tu breve vida terrenal llega a su fin, no estás triste o infeliz con Dios, sino que te sientes privilegiado de que tu vida contó para la edificación del reino eterno de Dios. Y con confianza, puedes decir como Pablo: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me es guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día…” (2 Timoteo 4:6-8).

Sí, la vida es breve, al igual que las oportunidades de hacer inversiones eternas. Entonces, haz que tu vida cuente para Jesús.

Cita: “Las personas que marcan una diferencia duradera en el mundo no son las personas que han dominado muchas cosas, sino las que han sido dominadas por una gran cosa” (John Piper).

Oración: Señor, sabiendo que mi vida es corta, ayúdame a hacer el mejor uso de ella, para que cuando llegue el momento de encontrarme contigo, esté listo. Amén.