[Singularidad de Cristo] El registro único de JesúsMuestra

«¡Escuchen, vengo pronto!»

Todos hemos pasado por la experiencia de una despedida, ya sea terminando un ciclo escolar, diciendo adiós a una relación, la muerte de un ser querido, mudándonos a otra ciudad, cambiando de trabajo, o algo tan simple como el final de una fiesta o de unas vacaciones. Cuando algo maravilloso o agradable llega a su fin, a menudo deja una sensación de vacío.

Después de que Jesús murió, Sus discípulos no sabían lo que estaba por venir. Ni siquiera recordaban las palabras que Jesús les habló sobre Su resurrección y pensaron que todo había terminado. Pedro incluso trató de volver a su antiguo trabajo. Los fariseos y gobernantes de la época deseaban que la memoria de Jesús simplemente se marchitara y desapareciera.

Sin embargo, no fue así. La muerte no terminó con Jesús ya que volvió a la vida al tercer día. Jesús conquistó la muerte. ¡Durante cuarenta días, Él se manifestó a más de quinientas personas para que todos aquellos que creyeron en Él pudieran tener la certeza de que Él estaba y está vivo!

Cuando Jesús regresó al Cielo, las personas que lo siguieron no se quedaron con la incómoda sensación de una despedida. En cambio, estaban llenos de esperanza y certeza de Su inminente regreso a través del Espíritu Santo, a quien Jesús describió como «otro como yo», siendo que el Padre, Él y el Espíritu Santo son uno.

Por lo tanto, la maravillosa experiencia de conocer a Jesús no termina con Su muerte por nuestros pecados, porque Él todavía está vivo y Su Espíritu vive en nuestros corazones. El Espíritu Santo es la prueba misma de Su regreso prometido.

Pronto, Él regresará por Su iglesia. La promesa de Su regreso es otro de los eventos que encontramos en el registro de Jesús que lo hace único más allá de las palabras.

El regreso de Jesús será asombroso. Cada ojo lo verá regresar, reinando con Sus seguidores y recompensando a Sus creyentes. Su regreso será inesperado, como el relámpago o la llegada de un ladrón en la noche. Gracias a esto, estamos invitados a prestar atención a las señales de los tiempos, ya que no sabemos el momento preciso de Su regreso. ¡Una cosa de la que podemos estar seguros es que Él lo cumplirá!

Por lo tanto, vivamos cada día para Él con todo nuestro corazón en santidad, cumpliendo la Gran Comisión que nos dejó para que todos puedan conocerlo. Establezcamos el Reino de los Cielos en la Tierra mientras esperamos Su regreso.

¡Gracias Jesús, por tu promesa de regresar, porque tenemos la certeza de que estaremos contigo de nuevo y reinaremos contigo para siempre!

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