Esperando en la quietud: 7 días de espera en la promesa de DiosMuestra

DÍA 2

ESPERANDO EN LA QUIETUD: QUÉ HACER, CUANDO DIOS NO DICE NADA.

Han habido ocasiones en que he escuchado la dirección de Dios; me dispuse a esperar nuevas instrucciones, pero luego no supe nada por largo tiempo. También han habido ocasiones cuando Dios me dio una promesa que llegó antes de tener el tiempo de asimilarla. Hay un propósito para tiempos como este y para las ocasiones en que me ha tomado años llegar a la promesa de Dios sobre mi vida.

Recuerdo la época cuando era joven y soltera. Yo era muy soltera, la clase de soltera en la que no hay posibilidad de encontrar una pareja adecuada. Sabía que años atrás el matrimonio había sido prometido para mi vida, por lo que tomé en cuenta esta promesa. Nunca dudé sobre el plan de Dios, pero revolví toda piedra buscándolo. A veces, tenía miedo de fallarle si no tenía una cita o si descartaba a alguien aun sintiendo que no era la persona correcta. Me preocupaba fallarle a Dios, así que continué buscando durante Su silencio.

Sé que muchas de las decisiones que tomé durante esos tiempos de silencio, tratando de "ayudar a Dios", pudieron haber retrasado Su promesa; tomé decisiones que me causaron angustia innecesaria. Así como Sarah, pensé que Dios necesitaba mi ayuda. En lugar de experimentar plenamente los "lugares de quietud" que Él estableció para mí, traté de ayudar a Dios y acelerar el proceso.

Mirando atrás veo cómo esos "lugares de quietud" me prepararon para llegar donde ahora estoy. Estos lugares inmóviles me enseñaron fe y perseverancia, y me permitieron experimentar ciertas cosas por las que necesitaba atravesar para llegar hasta donde estoy. He estado casada desde hace siete años y, en mi corazón sé que este es el lugar que Dios destinó para mí.

¿Qué haces entre el tiempo que Dios pone una promesa en tu corazón, o te habla sobre tu vida, y el momento en que caminas en ella? Haces una pausa. Te preparas. Esperas. Permites que Dios trabaje en ti y a través de ti. Dios conoce qué es lo que necesitarás para el destino que viene por delante, y creo que Él te prepara en los "lugares de quietud". Mientras pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros, Él está haciendo Su trabajo más importante, en esos momentos de quietud.