Unos a otrosMuestra

La hospitalidad

El Nuevo Testamento enseña que la hospitalidad es un requisito para ser anciano.

En el libro de los Hechos, las viudas hospitalarias tenían prioridad para recibir ayuda material. Era algo fundamental, no solo para los líderes o las viudas, si no también para todos los cristianos.

La palabra hospitalidad en este pasaje no solo significa vivir con la casa abierta a los amigos, va más allá. Una persona hospitalaria literalmente significa “uno que ama a los desconocidos o los extranjeros”.

Cuando se escribió el Nuevo Testamento la hospitalidad en el Medio Oriente era diferente. No significaba invitar a un amigo a tomar café un sábado por la tarde, ni incluir al vecino en la cena de Navidad. Era normal abrir la casa a los viajeros que pasaban por la aldea, era lo esperado.

La tradición de hospitalidad agilizó la propagación del Evangelio, porque los viajeros eran bienvenidos a pasar una noche en las casas. A veces los que viajaban daban el Evangelio o quizá lo recibían de los que los hospedaban.

Juan felicita al trato que tiene la iglesia con los extraños que muchas veces huían de la persecución: Amado, estás obrando fielmente en lo que haces por los hermanos, y sobre todo cuando se trata de extraños; pues ellos dan testimonio de tu amor ante la iglesia. Harás bien en ayudarles a proseguir su viaje de una manera digna de Dios (3 Juan 5-6).

Los cristianos de la Iglesia primitiva también abrían sus casas para reunirse con los hermanos, recibían enseñanza y tenían comunión. No existían auditorios, ni edificios grandes y lo más normal era facilitar reuniones practicando la hospitalidad.

En estos tiempos, no todo el mundo practica la hospitalidad cristiana por varias razones. La primera es que interfiera en su horario; requiere de su tiempo y no están dispuestos a darlo. El enfoque de todo lo que hacen es en ellos mismos.

Otros sienten que su casa es demasiado pequeña o pobre y la vergüenza gana sobre su deseo de ser hospitalarios. Les gustaría serlo y piensan que un día lo serán cuando puedan.

Luego están las personas que no saben que vivir con las puertas abiertas es un mandamiento para todos los cristianos y no han experimentado el gozo que da estar con los hermanos y servirles con generosidad.

No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles (Hebreos 13:2).

No es de sorprender que Dios nos pida hospitalidad, porque nos ha abierto Su corazón, nos está construyendo un hogar y nos prepara una cena impresionante.

¿Cómo puedes aplicar esta enseñanza a tu vida?

• ¿Te consideras una persona hospitalaria? Si dices que sí, pide que Dios te muestre alguien que necesita de tu hospitalidad. Si nunca lo has pensado, permite que el Señor te de un corazón y casa abierta.
• Algunas personas no tienen dónde ser hospitalarios porque viven en casa de otro. No importa, puedes ser hospitalario con tu tiempo y pasar unas horas con alguien que necesita compañía.

Petición de oración:

• Pide por hospitalidad creativa.

Salmo del día

Dios tenga piedad de nosotros y nos bendiga y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; para que sea conocido en la tierra tu camino, entre todas las naciones tu salvación. Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te den gracias. Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú juzgarás a los pueblos con equidad, y guiarás a las naciones en la tierra. Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te den gracias. La tierra ha dado su fruto; Dios, nuestro Dios, nos bendice. Dios nos bendice, para que le teman todos los términos de la tierra.

Salmo 67:1-5