El PerdónMuestra

El perdón

El perdón tiene un poder sobre nosotros mismos que no podemos ni imaginarlo. Si realmente conocieramos el poder de perdonar como realmente merece, el perdón sería algo que practicaríamos de manera consecutiva sin tener que negociarlo con el día a día, ni con nadie, ni con escenarios.

Recuerdo que en un momento de mi vida recibí demasiados insultos, demasiados señalamientos e incluso el desprecio de quienes pensaba que me amaban o yo era parte de ellos. Y a pesar de tantas y tantas heridas que pude recibir, porque jamás estamos listos para ver y sentir lo que podemos experimentar como seres humanos. Siempre le pedía a Dios que guardara mi corazón. Y que jamás fuera yo a sentir odio, amargura o alguna espina en contra de ellos.

Así mismo nos enseña Jesús en la Palabra, desde el día que todos comenzaron a despreciarlo, a escupirle, a darle latigazos e incluso a querer atentar contra Su vida mucho antes del cumplimento del gran evento de morir en la cruz y resucitar al tercer día.
" Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes" (Lucas 23:34).

Fue traicionado, humillado y llevado a la muerte de cruz. Y aún así pedía por el perdón que no merecíamos.

Ante esa vivencia de Jesús, Él nos demuestra que el perdón no tiene límites y que sí podemos entregarlo sin tener que lidiar que puedan pensar o sentir las personas a las que le entregamos esa arma tan poderosa como el perdón. Simplemente lo entregamos.