Dios Te Da Su ArmaduraMuestra

FORTALÉZCANSE EN EL SEÑOR.

“Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efe. 6:10 NBLA).

Es importante reconocer que este versículo funciona como encabezamiento de todo el pasaje.

La forma pasiva del verbo (lit. «sean fortalecidos») indica que este fortalecimiento es algo de lo cual los cristianos son objeto, no algo que estos hacen por sí mismos; el tiempo presente muestra que se trata de una acción continua. Fortalecerse en el Señor significa conocer Su fuerza y acercarse más a Él. Es una exhortación a actuar en base de lo que se sabe. Confiar en el poder de Dios no es un juguete que lo utilizamos cuando queremos. Es un estilo de vida que se forma cada día.

Pablo llega al final de su Epístola. Dirigiéndose a toda la familia de Dios, les hace un vibrante llamamiento como soldados de Cristo. Cada verdadero hijo de Dios aprende pronto que la vida cristiana es una guerra. Las huestes de Satanás se dedican a obstaculizar y obstruir la obra de Cristo y a poner fuera de combate a los soldados individuales. Cuanto más efectivo sea un creyente para el Señor, tanto más experimentará los salvajes ataques del enemigo. Aunque Pablo estaba encarcelado, sabía las luchas que un cristiano tenía que enfrentar por el resto de su vida. Ser cristiano no es fácil.

El verdadero cristiano no es aquel que se considera “fuerte”, sino aquel que reconoce su debilidad, pero sabe que Dios es el único que da las fuerzas necesarias para vencer las tentaciones que se presentan en el camino.“Y Él me ha dicho: «Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad». Por tanto, con muchísimo gusto me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí” (2 Cor. 12:9 NBLA).

Todo cristiano que piensa que puede vencer las tentaciones por sí solo, inmediatamente se convierte en un ateo momentáneo. Porque solo en Dios está la seguridad de que podemos seguir adelante y obtener la victoria que se nos ha concedido. Muchos (dentro del pueblo de Dios) son ateos momentáneos. Dudan del poder de Dios y se convierten en cristianos nominales. El diablo se aprovecha de estas personas y los deja tranquilos, porque el ladrón no entra a una casa vacía, sino a aquella que tiene cosas valiosas dentro de sí.

¿Deseas hoy fortalecerte en el Señor y dejar que Él pelee tus batallas?