[Grandes versos] La revelación de Cristo Jesus 2Muestra

Cristo ha vencido a Satanás

«Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años» (Apocalipsis 20:1-2).

En «El Sagrado Romance» (The Sacred Romance), Brent Curtis y John Eldredge comentan sobre la guerra espiritual en curso:

Lo que está claro es que Satanás ha perdido la batalla. Dos veces. La primera vez que fue arrojado en desgracia desde los pasillos del cielo por Cristo y sus ángeles. La segunda vez, no pudo contener al Cristo crucificado dentro de las puertas del infierno y se vio obligado a entregarle las llaves de la muerte y del Hades. Pero por un tiempo se le coloca en lo que se siente como una correa muy larga para hacer lo que pueda entre nosotros con su rugido.

La guerra se libra a nuestro alrededor todo el tiempo, pero no durará para siempre y no hay duda en el resultado. Jesucristo derrotará a Satanás y sus demonios, y Satanás será desterrado para siempre. Satanás fue derrotado en la primera venida de Cristo, cuando Cristo murió en la cruz para pagar por el pecado y luego triunfó sobre la muerte con su resurrección. Sin embargo, la sentencia de Satanás no será ejecutada hasta Apocalipsis 20, en el momento de la Segunda Venida de Cristo.

En ese momento, un ángel, probablemente Miguel el arcángel, se apoderará de Satanás y lo arrojará al pozo sin fondo. Es apropiado que un ángel ejecute el juicio sobre Satanás, porque Satanás es un demonio o ángel malvado, y su contraparte es un ángel bueno. Nunca pienses que la contraparte de Satanás es Dios. Dios no tiene contraparte, porque Él está muy por encima de todo y de todos los demás. Él es incomparable. La contraparte de Satanás no es Dios, sino el arcángel Miguel, según Apocalipsis 12:7. Y es probable que Miguel sea el ángel que ejecutará el juicio sobre Satanás. Satanás estará atado en el pozo sin fondo durante mil años.

Por ahora, Satanás está bajo juicio inminente, pero todavía está en libertad. Sin embargo, eso no nos asusta, porque Cristo está en nosotros y no necesitamos ser intimidados o engañados por Satanás. Alertas a la guerra espiritual y al ataque satánico a nuestras almas, resistimos al diablo y nos mantenemos firmes en Cristo.