Todo obra para bien (arañas)

¿Cuántas veces hemos llenado nuestra mente con pensamientos negativos o que traen ideas depresivas a nuestra vida? En ocasiones, nos gusta autocastigarnos con estos pensamientos, juzgarnos y no reconocer que quizás fue algo lo cual no pudimos haber controlado en nuestras fuerzas, la enfermedad continúa allí, perdura esa idea oscura de que somos los culpables de todo.

Yo sabía que seguía enfermo (espiritualmente), pero no lo quería admitir, de cierta manera ya me había acostumbrado a estar en ese estado. En el lugar que me encontraba viviendo tenía muchas distracciones y opciones en las cuales ocupar mi tiempo, menos en ir por la cura de mi corazón. Hasta que a final del año 2020, en mi proceso de sanación y de encuentro con Jesús, tuve que mudarme a un lugar muy retirado dentro de mi país por cuestiones de trabajo. El lugar al que iba era selvático y de ambiente cambiante por fuertes lluvias y demás. Al comienzo la idea de irme a este lugar era impensable para mí, porque dejaría atrás todo lo que tenía establecido, mi familia, mi estilo de vida, mi novia, algunas de mis pertenencias y demás. Estaría obligado a salir de mi zona de confort; era algo que en verdad no quería, pero allí es dónde Dios se revelaría a mi vida y trabajaría mi terco corazón.

Cuando llegué a este lugar, llegué lleno de pensamientos negativos y llené mi alma de sentimientos de amargura y soledad. No podía creer que cuando empecé a buscar realmente de Dios, Él me llevara a un lugar tan lejano, al cual casi nadie quiere ir. Aquel lugar tenía una población de tan solo 200 personas aproximadamente y las actividades eran muy limitadas, ya que no se contaba con grandes espacios de recreación y los pocos espacios que había, se volvían rutinarios y aburridos al poco tiempo de usarlos. Para cuando ya estaba establecido en mi lugar de residencia, sin esta vez tener alguna distracción, de alguna forma estaba siendo confrontado a mi encuentro con Jesús. Ahora que lo veo más claro, Jesús nos busca de cualquier manera porque nos ama. En mi caso fue llevándome a un lugar totalmente fuera de mis planes, para allí tener un encuentro real con Él, ponerle un parate a mi desorganizada vida, que estaba haciendo crecer cada vez más el vacío dentro de mi alma.

Como ya no tenía distracciones mi mente empezó a aclararse y empecé a tener la transformación de mi entendimiento como lo habla Romanos 12:2: “Mejor dejen que Dios transforme su vida con una nueva manera de pensar”. Yo realmente quería cambiar y recibir totalmente esa paz que me estaba ofreciendo Jesús en aquel lugar, así que continúe dejando las cosas que me estaban haciendo daño. Algo de lo que más me costó desechar fue el ídolo de la música, pero poco a poco la fui reemplazando por música de ADORACIÓN, que fue uno de los pilares fundamentales para curar mi corazón.

Te preguntarás, por qué en este día del devocional añadí entre paréntesis (arañas). Pues esta fue una de las más raras formas en las que Jesús habló a mi vida. Yo, aunque estaba buscando de Su presencia, aún me sentía un poco solo en este lugar. Le estaba pidiendo a Dios en oración que pudiera haber algún grupo de cristianos para reunirse en aquel lugar. Aquí quiero hacer un breve paréntesis, quiero resaltar siempre la importancia de LA COMUNIDAD, el congregarse y tener apoyo con tus hermanos en la fe.

Un día que me estaba alistando para ir al trabajo, justo ese día decidí que iba a levantarme más temprano de lo usual, tipo 5:45 am, para tener tiempo de desayunar con más calma e ir a tomar la ruta que me llevaba hacia el trabajo. Pues justo después de haberme ya vestido totalmente, me puse mis botas y sentí en una de ellas, un bulto raro en la punta, yo pensé que era algún papel o bolsa que le habrían puesto para jugarme una broma. Entonces, golpeé la bota para ver si salía algo y no salió nada, volví a intentar ponerme la bota pero allí continuaba “el bulto”. Como no sabía que era, me puse una bolsa en la mano e intente sacar lo que había en la bota, pero al hacerlo sentí una punzada en el dedo. Me asusté porque me empecé a sentir como si quemará. Entonces, tomé mi celular, le puse la luz del flash y grabé un video y lo que encontré después de revisar la grabación fue una araña enorme dentro de esa bota. Haz de cuenta del tamaño de una tarántula, procedí a llamar a sanidad para que me atendieran puesto que ya tenía mucho miedo de que fuera venenosa. Al llegar al hospital una enfermera llamada Sandra me revisó el dedo y con la foto que le tomé a la araña se descartó que fuera venenosa. Justo después cuando me iba a ir le dije que “ojalá lloviera” porqué era un día demasiado caluroso, a lo cual ella dijo “voy a orar por eso”. En mi interior al escuchar la palabra (ORAR) lo asocié de inmediato con la oración de la noche anterior, en la cual le pedía por un grupo de oración y de personas que amarán a Dios. Para hacerte la historia corta, decidí preguntarle si ella era cristiana… Efectivamente, sí lo era y no solo eso, otras 3 doctoras más que estaban ese día de turno, también habían estado orando por un grupo, al final Dios respondió no solo mi oración, sino a la de todas ellas.

Creamos nuestro grupo y empezamos a adorar a Dios de una forma muy especial, empezamos siendo 5 personas a ser 28 personas en aquel lugar; Jessica, Sandra, Maye, Paola, Vanessa, Alejandro, Omar, Daniel, Osca. Entre todos creamos comunidad. Nuevas oportunidades nos concede nuestro Padre, una nueva vida, Dios es tan perfecto y hermoso que se preocupa hasta por el más mínimo detalle en tu vida. Él quiere verte feliz, confía, no pierdas tu fe. Él te alejará de lo que te hace daño si tú estás dispuesto, si lo hizo conmigo, así también restaurará tu vida y le dará la cura a tu alma.

En el último capítulo de este devocional veremos la cura definitiva para nuestra enfermedad.

Con amor Cris.