El Velo De La FeMuestra
Domando leones
“Mi Dios ha enviado a su ángel, el cual cerró la boca de los leones para que no me hicieran daño, porque ante Él fui hallado inocente, como también lo fui ante ti, oh rey, pues no te he causado perjuicio alguno” (Daniel 6:22).
El escenario en Daniel 6:22, nos muestra el más bello peligro que podemos experimentar, el de poner la fe por delante y permitir que Su justicia sea la que nos defienda, y no nosotros mismos. Ante el mundo, nuestro silencio puede hacernos lucir como tontos, pero el libro de sabiduría nos enseña que “aquel que calla, pasa por sabio”, y esto es lo que hizo Daniel (Proverbios 17:28).
Este joven fue víctima de los celos de sus compañeros de la ley. Aquellos gobernantes, quienes se supone que ayudaran a Daniel y al pueblo, deciden atentar contra su vida por el hecho que fue divinamente escogido. Esto era notable en todo lo que emprendía, tanto que el rey le quería dejar todo el reinado a su cargo.
Por esto, los gobernantes confabulan entre sí, para convencer al rey que firme una ley que condene a todo aquel que ore en los próximos 30 días, y lo logran. Las consecuencias de romper dicha ley era ser lanzado a un foso, el hogar temporal de leonas madres. Al no cesar su oración, Daniel es enviado al foso. Curiosamente, este es el lugar donde las leonas se esconden para hallar refugio de predadores violentos como chacales, hienas y leopardos; algunos, particularmente cuando van a dar a luz, para que, de esa forma, protejan a su nueva generación.
Este es un lugar donde nadie quisiera estar por el peligro que posee. Es un escondite inseguro y amenazante. Pero, como hijos del Todopoderoso, entendamos que todo tiene su razón. El Padre, así como las madres leonas, nos preserva metiéndonos en fosos que parecen nublar nuestra visibilidad, como espejismos de la muerte o tumbas. Sin embargo, estamos claros que, como a Daniel, estos fosos funcionan como lugares de protección de aquellos que desean castrarnos de nuestra cercanía a Él.
Al amanecer, Daniel confiesa que un ángel le cerró la boca a los leones, porque fue hallado inocente ante el Padre. Esa es la belleza de convertirnos en leones espirituales de fe y oración, tener protección sobrenatural en momentos en los que humanamente enfrentamos imposibilidades. Sin duda alguna, aquí aprendemos la importancia de nunca quitarnos El Velo de la Fe. Cuando nos los ponemos, cambiamos el temor y la muerte por domar a leones salvajes.
Escrituras
Acerca de este Plan
Estar ciego se considera un impedimento para el ser humano, pero no para el Padre. Mediante este plan, aprenderás a desvestirte de realidades terrenales que nublan tu verdad, y también conocerás el potencial que posees al vendar tus ojos con El Velo de la Fe. Es solo haciendo lo que parece ilógico, que aprenderemos a depender exclusivamente del Padre, y lograremos hacer que Su naturaleza se manifieste en la nuestra. Es decir, cegándonos para ver.
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Nos gustaría agradecer a Adarga Entertainment Group LLC por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/jeffmojica