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Con pies descalzos para volver a calzar.Muestra

Con pies descalzos para volver a calzar.

DÍA 1 DE 3

Caminando hacia la liberación

Todos en algún momento disfrutamos el caminar con pies descalzos. Disfrutamos tocar con la planta de nuestros pies el suelo mojado, la arena en la playa o sentir el piso de nuestra casa cuando caminamos por ella. Soy de la generación que aprendió a dar los primeros pasos descalza y a jugar en el patio sin zapatos. Ahora de adulta cuando trabajo en el jardín, disfruto sentir la grama húmeda y la tierra en la planta de mis pies. Pero en ocasiones, cuando quiero dirigirme a otro lugar, me percato de que mis pies se han llenado de tierra y que debo limpiarlos antes de salir del lugar donde estoy. Entonces, luego de lavar mis pies, escojo el calzado adecuado para dirigirme hacia dónde voy.

El calzado ha convivido con nosotros desde nuestros ancestros. Desde las alpargatas, babuchas y las sandalias, hasta los más elaborados y costosos. El calzado sigue siendo una pieza indispensable en nuestro atuendo diario. Por eso, cuando lo elegimos pensamos no solo en proteger nuestros pies sino que también nos ayuda a proyectar la imagen de lo que queremos o creemos ser. Debemos saber algo, en nuestro transitar en la fe del evangelio de Cristo, en ocasiones debemos desnudar nuestros pies. Esto lo hacemos con el propósito de cumplir la encomienda que Dios ha diseñado para nuestra vida. Llegarán momentos donde Dios nos pedirá deshacernos de lo que estamos acostumbrados para entregarnos una nueva misión. En este plan las sandalias representan nuestras vivencias y actitudes que adquirimos en nuestro caminar.

En Éxodo 3 encontramos a Moisés contemplando un arbusto, que parecía arder en fuego, y no se consumía. Mientras lo observaba, escuchó la voz de Dios que le daba la orden de quitarse su calzado. Luego Dios le comunicó su plan de libertar a los hebreos de la esclavitud de Egipto. Ante la gran encomienda que Dios le da; ¿qué relevancia tenían las sandalias que calzaba Moisés?

El pasaje mismo nos revela que no era la escena del arbusto en llamas, ni el lugar. Era la presencia misma de Dios a través de su Gloria manifestada. Al desnudar sus pies y tocar la tierra, Moisés comprendió que tendría un cambio de calzado. Ahora regresaría a Egipto por mandato de Dios, pero no iba con sandalias reales como el heredero al trono de Faraón. Él regresaría a cumplir su llamado con las sandalias de “servicio”. Para servir al Dios Verdadero. El pueblo hebreo debería recordar que la liberación vendría de Dios.

Piensa en esto, ¿Qué encomienda te está dando Dios en esta etapa de tu vida? ¿Qué cambios debes realizar para cumplir esa encomienda?

Al igual que Moisés cuando entramos al lugar santo de relación con Dios, desnudamos nuestros pies. Lo hacemos para escuchar la voz de Dios, dándonos directrices para ejecutar el llamado y aclarar nuestras dudas. También para afirmarnos que si Él es quien nos envía, irá con nosotros sin importar cuán grande o pequeña sea la encomienda.

Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Con pies descalzos para volver a calzar.

Al transitar el camino de la fe, a veces debemos evaluar si nuestro calzado es el apropiado para el llamado al servicio. En muchas ocasiones, será necesario descalzar nuestros pies y calzarlos con las sandalias apropiadas para la misión que Dios nos ha asignado.

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Nos gustaría agradecer a Rebecca Guadalupe por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/rebecca.guadalupe.7