[FIT] VanidadMuestra

¿Qué es la vanidad?

La vanidad es arrogancia y presunción. Cuando tenemos estas actitudes sobrevaloramos nuestras habilidades, nuestros conocimientos y hasta nuestro cuerpo.

Muchos de nosotros pensamos que no somos vanidosos, pero las siguientes cinco características nos podrán ayudar a medir qué tanta vanidad tenemos.

Cinco características de las personas vanidosas:

1. Quieren ser el centro de la atención. Actúan, visten o hablan de manera que llaman la atención de quienes los rodean.

2. Creen tener la razón siempre. Están convencidas de tener la verdad absoluta, de saber cómo son las cosas. No pueden recibir críticas constructivas sobre su físico, sobre cómo se visten o sobre sus gustos, porque se ofenden.

3. Ven a los demás como objetos de los que se puede disponer.

4. Suelen enfadarse por pequeñeces. No pueden tolerar que las personas sean imperfectas, que no hagan las cosas bien o como ellos esperan. Tienen baja tolerancia a la frustración.

5. Su imagen pública es de suma importancia. Cómo las ven los demás, lo que piensan de ellas, si tienen «likes», cuántas personas las siguen, son situaciones que toman gran relevancia en su vida y que pueden dominar su manera de actuar o conducirse.

Meditemos:

Hacer ejercicio (o no hacerlo) por los motivos incorrectos nos lleva a concentrarnos más en cómo lucimos que en lo que Dios ve en nuestro corazón. Ambos extremos reflejan vanidad y orgullo.

Nunca tendremos un cuerpo perfecto, siempre habrá algo que mejorar, y si nuestra seguridad no está en Dios, dependeremos de la opinión y aceptación de los demás. Dios no quiere que vivamos para eso. Él desea que nos aceptemos como somos, somos Su obra maestra.

Dios es el único que tiene la verdad absoluta de las cosas. Los hombres somos imperfectos, y solo a través de la sabiduría de Dios podemos enderezar nuestro camino. El hecho de que no podamos recibir consejos o criticas revela que somos soberbios.

Por último, las personas vanidosas u orgullosas no logran tener relaciones estables y no son empáticas con los demás, por lo que su vida es de constante soledad y tristeza.

La búsqueda de un cuerpo perfecto es una trampa. En cambio, la búsqueda de un corazón perfecto delante de Dios sucede cuando le entregas tu vida en arrepentimiento, le declaras tus pecados e inicias una relación con él.

Señor, Te pido que limpies mi corazón de toda vanidad. Permíteme verme como tú me ves, para amarme y amar a los demás, y para cuidar mis motivaciones al mantenerme en forma.