Errores que debes evitar al leer la BibliaMuestra

LA BIBLIA NO ES UN MANUAL DE SUPERACIÓN PERSONAL, ES LA PALABRA DE DIOS PARA TU SALVACIÓN

Muchos hemos tratado a la Biblia como un libro motivacional, por eso las partes que solo leemos o los versículos que recordamos son aquellos que nos dicen algo bonito sobre nosotras o sobre las promesas de Dios.

Cuando tratamos a la Biblia de esa manera, llegamos a creer que el fin de nuestra vida cristiana es ser exitosos en este mundo. Vivimos pensando que aquí somos mayormente recompensados por Dios y que los hombres son la audiencia principal de nuestra vida.

La Biblia dice: “¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando Tu palabra” (Sal 119:9). Si nosotros no creemos que la Palabra de Dios es dada a su Iglesia para que todos caminen a Él, que es suficiente, necesaria, clara y completa para nuestra vida de fe, entonces, las enseñanzas del mundo tomarán el lugar principal de nuestra vida.

Las preguntas son: ¿Es la Biblia autoridad para ti? ¿Realmente crees que la Biblia es un libro acerca de Dios? Si Dios te dice “te amo, pero vas a sufrir” —como se lo dijo a Pablo en su camino a Damasco—, y después te dice “bástate de mi gracia” —como cuando le pidió quitar el aguijón de satanás—, ¿leerías la Biblia? Quizás no, o quizás te convencerías de que Dios está diciendo algo más.

Eso hacemos cuando pensamos que la Biblia solo nos ofrece sugerencias para dejarnos sabiduría para vivir nuestra cristiandad. No se trata de ti, querido hermano, se trata del Señor del universo que te ha creado para la alabanza de su gloria por medio de la obra de Cristo para que nadie se gloríe (Ef 2:8-10).

APRENDE-VIVE-LIDERA

• Aprende: ¿Qué aprendes de esta meditación?
• Vive: Lee el salmo 119:9-16 y escribe los beneficios de la Palabra de Dios. Luego ora al Señor porque te permita ver la urgencia de leer la Biblia para conocerlo primeramente.
• Lidera: Comparte con otra persona esta meditación para leer juntos la Biblia

ORACIÓN

Oremos. Señor, gracias por abrir mis ojos a leer este devocional. Perdóname si me he perdido en las riquezas, éxito y humanidad de este mundo, olvidando que ya pertenezco al cielo por la obra de Cristo, no por nada de lo que ahora haga. Las obras que me pides hacer, la obediencia que necesito mostrar son un fruto de que te estoy buscando cada día y de tu poder sosteniéndome. Ayúdame a amarte más y a atesorarte más. En Cristo, amén”.