Sacando Todo Lo Bueno, De Lo MaloMuestra

Sacando todo lo bueno, de lo malo

Es difícil la espera, después de todo, ¿quién puede decir que le gusta esperar? La espera tiene una característica bien importante, y es que demuestra de qué estamos hechos. Saca todas las cosas ocultas de nuestro corazón a la luz y nos muestra quién somos realmente.

José es otro personaje bíblico que nos muestra un largo tiempo de espera y el propósito de esa espera. Pasó de ser el consentido del papá, a ser vendido como esclavo por sus propios hermanos, quienes sentían envidia de él. Posteriormente, trabajó como siervo en casa de un funcionario, luego fue llevado a la cárcel, acusado injustamente y ahí pasó algunos años, hasta que finalmente se convirtió en el segundo hombre en importancia en Egipto, solo después del Faraón.

El ser vendido por sus hermanos, le permitió llegar a Egipto; no solo eso, el tiempo en la cárcel, que parecía ser el fin de su vida, le permitió conocer a una persona, que posteriormente lo llevaría donde el faraón. Finalmente, y con la posición que ostentaba, sería el medio por el cual, toda su familia, incluyendo aquellos hermanos que lo vendieron, serían salvos de la hambruna.

¿Qué posibilidades tenía de conocer al faraón, si no hubiera sido vendido? Ninguna, pues su padre Jacob, era muy rico y no tenían necesidad de ir hasta Egipto, al menos no, hasta que hubo hambruna en la tierra. Pero ya para ese entonces, José hubiera llegado para comprar alimentos, no hubiera sido la fuente de esos alimentos.

En aquello que estaba destinado para su mal, finalmente José encontró el propósito de Dios para su vida. Sacando lo bueno, de entre todas las cosas malas que le sucedieron, y por eso pudo decir a sus hermanos: “Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo”.

Volviendo a lo que decía, al inicio, del porqué David fue ungido como rey, muchos años antes de coronarse como tal. Dios sabía las pruebas que enfrentaría, por lo tanto, le mostró el sueño, muchísimo antes, para que cuando llegaran esos momentos malos, recordará que era una situación temporal. Imagino a David diciéndose en esos momentos difíciles: "Pero un día seré rey". Por eso, en uno de sus Salmos dice: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes”.

La imagen de portada, muestra una flor, brotando en medio del suelo reseco y árido; pareciera algo imposible de suceder, pero sí es posible. Y es que a veces, esos momentos duros de la vida, que parecen la muerte para nosotros, se terminan convirtiendo en la mayor bendición de nuestras vidas. Eso si, solo si sabemos encontrar el propósito en medio de lo que vivimos y sacamos lo bueno, de entre todo lo malo que nos sucede en esa etapa de la vida.

Amén.