Explicaciones para el dolorMuestra

La brecha entre tú y Dios

En Job 38 llegamos al momento que estábamos esperando. En Job 1-2, Dios misteriosamente permitió que Satanás le quitara la riqueza, la salud y los hijos de Job. En Job 3-37, Job y cuatro de sus amigos discutieron sobre por qué todo se vino abajo para Job. ¿Era malo Job? ¿Dios era malo?

Y en Job 38, Dios finalmente aparece. ¿Qué le dirá a Job, cubierto de costras, febril y sin hijos? La respuesta no es lo que esperarías. “¿Dónde estabas cuando yo puse los cimientos de la tierra? Dime, si entiendes” (versículo 4). “¿Has comprendido las vastas extensiones de la tierra? Dime, si sabes todo esto” (versículo 18). “¡Ciertamente lo sabes, porque ya naciste! ¡Has vivido tantos años!” (versículo 21). Dios prueba a Job. Y Job falla. Durante pregunta tras pregunta (¡Dios hace 77 en total!), Job simplemente mira a Dios. Despistado. Ignorante. Indigno.

Eso puede parecer cruel dado todo lo que Job había sufrido, pero en realidad fue una dulce demostración de misericordia. Job, quien asumió que sabía lo suficiente para juzgar a Dios, estuvo a punto de perder su confianza en el amor de Dios. Por lo tanto, Dios tuvo que deshacer la suposición de Job, abriendo los ojos de Job a la gran diferencia en lo que cada uno de ellos entendía sobre el panorama general de la vida.

Si tienes preguntas honestas sobre tu sufrimiento personal, sé lento para hablar y rápido para recordar cuánto más sabe Dios a de lo que tú no sabes. Tu admisión de ignorancia podría salvar tu fe en un Dios Amoroso.