Dios y mi Lista de Cosas por HacerMuestra

El becerro de oro llamado “Rengo que”.

Como un hombre que fija metas, mantiene el calendario al día, el cual se casó con una mujer que establece metas, comprueba el calendario y mantiene las casillas, la historia de María y Marta capta toda mi atención. En particular, recientemente noté esas dos palabras peligrosas que Lucas registra: “[Marta] tenía una hermana llamada María, que estaba sentada a los pies del Señor escuchando lo que decía. Pero Marta estaba distraída con todos los preparativos que había que hacer” (Lucas 10:39-40). Tenía que. Marta no podía sentarse y escuchar como María porque había que hacer las preparaciones.

¿Pero tenían que hacerlo? ¿Jesús llegó con una lista de demandas que había que hacer? No. Entonces, ¿de dónde vino el "tenía que" de Marta? ¡No se lo pierdan, lectores productivos! Marta se lo inventó. Marta hizo su propia lista, con la mejor de las intenciones, pero esa lista se interpuso en el camino de su amor.

Yo necesito escuchar esas palabras, ¿tú no? ¿Te comprometes con tantas cosas que “tienes que” hacer que terminas apurado en lugar de descansar, frustrado en lugar de paciente y enojado con las personas que no parecen motivadas por tu lista de cosas que “necesitan” ser hechas? Las personas organizadas están maravillosamente conectadas, pero al igual que cualquier tipo de personalidad, nuestras fortalezas pueden conducirnos al pecado.

Mira tu lista de cosas por hacer y sé honesto. ¿Tienes que? ¿Qué pasaría si no hicieras eso? ¿Estaría enojado Jesús? Ruego que, a la luz de la obra terminada de Jesús, el Espíritu Santo te dé sabiduría para ser un emprendedor que no adore al becerro de oro llamado "Tengo que".