¡Jonás, Más Allá De Un Cuento Para Niños!Muestra

En Jonás capítulo 3 versículo 4, leemos lo siguiente: "Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos". Y el versículo 10 dice: "Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo".

Queridos qué cambio más notable, no solo de pensamiento, sino de estilo de vida de los ninivitas. Esto es, lo que en las Escrituras se le conoce como "Metanoia", un cambio de dirección, de dejar nuestras formas pecaminosas de vivir la vida y de volver la mirada hacia Dios, y hacia Sus caminos, fruto de un genuino arrepentimiento. Jonás con su predicación, les ayudó a ver a los ninivitas su necesidad de arrepentimiento. Porque él mismo en el vientre del gran pez, descubrió su propia necesidad de arrepentirse.

Y para mí, queridos. Esto es lo más revelador de la historia, en el contexto donde se desarrolla la historia y la vida de Jonás, es decir en el contexto del Antiguo del Testamento. Sobre todo porque en esta época la manifestación, aún de la gracia de Dios tal como la conocemos hoy, no existía.

Es por esto que, cuando compartimos hoy día las Buenas Nuevas, no predicamos como si nosotros estuviéramos en un nivel superior y los demás estuvieran en un grado inferior, pues este no es, o no fue el ejemplo de Jesús. Cuando compartimos las Buenas Nuevas compartimos también nuestra experiencia de lo que Dios en Su gracia y misericordia nos ha permitido aprender para Él, aún de nuestros errores, fracasos y pecados.

Fruto del arrepentimiento es la conversión, queridos. En el caso de las personas que nunca han recibido las Buenas Nuevas. Jonás nos deja ver que todos, desde el más joven, hasta el más anciano, pasando por el rey se vistieron de cilicio, e incluso el rey mandó a privar de alimento a los animales, bueyes y ovejas.… "Y clamen a Dios fuertemente", les decía el rey a su pueblo. "Y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos". "¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de Su ira, y no pereceremos?", les dijo el rey a los ninivitas.

Y efectivamente, Dios vio su conversión y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo (V 10).

Queridos, para quienes ya han escuchado del Señor y por alguna razón se han alejado de Sus caminos, la bendición del arrepentimiento trae para ustedes, el fruto del Avivamiento. Es decir, el Señor les dará nuevo vigor, nuevas fuerzas. El Señor los restablecerá, los limpiará y renovará su espíritu.

El Profeta Oseas, hablando de esta obra maravillosa del Espíritu Renovador y la restauración del Señor dijo lo siguiente, en Oseas capítulo 6 versículo 1-2: "¡Vengan, volvámonos al Señor! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará. Después de dos días nos dará vida; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia".

Quisiera terminar esta serie de reflexiones con un pensamiento: Jonás nos enseña que el gran deseo del corazón de Dios es transformar las vidas de hombres y mujeres, para que, desde su relación con Dios podamos renovar la sociedad en la que nos encontramos.

La salvación que Dios nos otorga no es únicamente un pasaporte para ir al cielo, sino un cambio revolucionario de nuestra manera de ver y vivir la vida desde nuestra instancia en la tierra, con el fin de ver las cosas como Dios las ve. Y vivir para este fin.

Querido amigo, el deseo de mi corazón y oración por ti, es que estas reflexiones hayan sido de bendición para tu vida como lo ha sido para la mía.

Quiero darte las gracias querido (a) amigo (a) por completar este plan devocional. En ConociendoaDios.net oramos por ti, y nuestro deseo de corazón es que haya sido de bendición para tu vida.

Con amor en cristo,

Pr. Juan Carlos Calle

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