DECLARO JESÚSMuestra

DECLARO JESÚS, DECLARO SANIDAD

En el libro de Marcos capítulo 3 vemos la sanidad de un hombre cuya mano estaba seca. Cuando Jesús vio al hombre de la mano seca, no sólo vio la mano seca, vio el poder sanador de Dios. Jesús le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. El hombre así lo hizo, y su mano fue completamente sanada y restaurada cómo su otra mano (véase Marcos 3:1-5).

Ahora bien, usted no le dice “extiende tu mano” a alguien cuya mano está obviamente seca y lisiada a menos que vea de otra forma. Jesús ve distinto a usted y yo. Por eso tenemos que mantenernos en la Palabra de Dios y aprender a ver lo que Él ve. Cuando Jesús ve una enfermedad, carencia o alguien atrapado en temor, culpa, adicción y pecado, Él no sólo ve el problema, sino que ve la sanidad, la gracia y el poder de Dios en esa área.

Amigos, en el libro de Hechos vemos la historia de un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna a los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.

¿Qué poderoso, verdad? ahora Jesús no estaba con ellos físicamente, pero habían recibido al Espíritu Santo, Pedro le dijo levántate y anda a un hombre lisiado de nacimiento. ¿Qué aprendió Pedro del Maestro? aprendió a ver cómo Jesús. Ahora no solo veía la necesidad, sino el poder sanador de Dios. Ahora podía ver con los ojos de la fe.

Observa la enseñanza de Pedro en (Hechos 3:16); Por la fe en el nombre de Jesús, este hombre fue sanado, y ustedes saben que él antes era un lisiado. La fe en el nombre de Jesús lo ha sanado delante de sus propios ojos.”

Pedro no atribuyó la sanidad a algún poder humano, sino a la fe en el nombre de Jesús. Este es un poder privilegiado que Jesús ha delegado en nosotros, cuando enfrentamos las fuerzas de alguna enfermedad y las que el enemigo busca imponer sobre la humanidad podemos declarar el nombre de Jesús y ser testigos de ver el poder Dios obrar en las vidas.

Oración

Jesús, tu eres mi sanador. La palabra nos dice que por tú llaga yo soy sano, por lo tanto, ¡soy sano y ningún arma forjada contra mí prosperará! La Palabra fue sembrada en mi corazón, la creo y obtengo mi cosecha de sanidad. Sé que tu voluntad es sanarme y que ninguna enfermedad forma parte de tu plan para mi vida. Así que creo y declaró que veré tu poder obrar en mi vida, en el nombre de Jesús, amén.