Pilares De ReinoMuestra

2 – Evangelismo de Ir

"Les dijo: «Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla. Vayan ustedes; miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven dinero ni provisiones ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: “Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, su deseo de paz se cumplirá; pero si no, ustedes nada perderán. Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a su paga. No anden de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: “El reino de Dios ya está cerca de ustedes". (Lucas 10:2-9 DHH)

Lucas 10 nos presenta cuál es la idea y el asunto de predicar en la calle, que es lo que detallaremos a continuación:

Vayan – Invitar a reuniones, eventos y actividades está muy bien y no debemos dejar de hacerlo, pero parecería ser que el mandato de Jesús es ir a buscar a las personas. El desafío que plantea es ir.

Vayan enfocados – Les da la indicación que no lleven provisiones ni sandalias, incluso que ni siquiera saluden. Lo importante aquí es no perder el enfoque, el sentido de la misión encomendada.

Den la paz – El saludo indicado era un acto formal de bendición, no como costumbre sino con la intención real de bendecir la casa en la cual iban a quedarse.

Sanen –Señal de manifestación del poder de Dios.

Anuncien el Reino – Todo esto es por Cristo.

La Iglesia de los Hechos lo hacía de la misma manera, entendiendo que el poder del Espíritu en ellos los empujaba a ir hacia donde Él quisiera. Una vez en el lugar, podemos observar que repetían el patrón descrito en el Evangelio: había señales que llamaban la atención del pueblo para que luego se predique de Jesús.

No dejemos de invitar, pero vayamos, no dejemos de ir.

Desafío del día

Elige un lugar donde no hayas hablado a nadie de Jesús y busca por lo menos a una persona para predicarle. Puede ser tu trabajo, el comercio donde compras habitualmente o incluso hasta la casa de algún amigo. Intenta seguir la estrategia que nos enseñó Jesús.

Oración

Padre, oro para que me llenes de valentía para proclamar el Evangelio. Te entrego mis preocupaciones, hoy quiero estar solamente enfocado en ti. Quisiera experimentar primero aquello que debo dar, por eso te pido que llenes de paz mi casa.

Te entrego mis manos para que hagas Tus maravillas a través de ellas y te entrego mis pies para que los dirijas a donde quieras. Estoy dispuesto a ir.