Ven, Señor Jesús VenMuestra

Arrebatados juntamente

Lectura: 1 Tesalonicenses 4:13–18

DEVOCIONAL: 1 Tesalonicenses 4:16–18

Porque el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos para recibir al Señor en las nubes, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, animaos unos a otros con estas palabras.

En el Texto

¡Qué asombrosa esperanza tenemos en el futuro regreso de nuestro Señor! Aunque no sabemos el día ni la hora exactos, tenemos esta promesa inquebrantable de que Él regresará mientras miramos hacia nuestro futuro. Vemos en nuestros versículos de hoy que cuando Cristo regrese, los cristianos que han muerto resucitarán primero. Luego, los que estén vivos cuando Cristo regrese serán reunidos con Él en las nubes.

Una de mis verdades favoritas de este pasaje de las Escrituras es el hecho declarado de que, a partir de ese momento, estaremos con Jesús para siempre. ¡Qué promesa tan alentadora!

Esta increíble promesa del regreso de Cristo nos ayuda a perseverar en medio de las pruebas que experimentamos mientras anhelamos pacientemente Su regreso inminente. También consuela nuestros corazones, ya que algunas de nosotras, afligidas por el fallecimiento de un ser querido que era creyente en Cristo, nos aferramos a la promesa de que algún día volveremos a reunirnos con ellos. Nuestro duelo no es para siempre; es solo temporal.

Así como Pablo, en aquel entonces, alentó a los miembros de la iglesia en Tesalónica, nosotras debemos hacer lo mismo y alentar con esta verdad a quienes nos rodean. Jesús va a regresar, y cuando lo haga, estas luchas momentáneas terminarán. Aquellas de nosotras que estamos en Cristo tenemos mucho que esperar. Nuestros mejores días están por venir. Mientras tanto, usa esta verdad para edificar a los cristianos que sabes que pueden estar enfrentando muchas luchas.

Oración

Querido Señor, ayúdame a ser de aliento a los que me rodean. Ayúdame a edificar a otros y animar sus corazones mientras anhelamos Tu regreso. Ayúdame a mantener mi enfoque hacia el cielo y trabajar activamente para hacer avanzar el evangelio en la vida de aquellos que aún no te conocen. Ayúdame a permanecer en Ti mientras espero ansiosamente el día en que estaré contigo para siempre. Hasta ese día, te ruego ven, Señor Jesús, ven. Amén.