[Fit] Gánale Al SolEjemplo

Balance actividad-descanso

Cuando hablamos de hacer ejercicio y ponernos en forma, el descanso es un punto fundamental. Sin él, significa que estamos funcionando a marchas forzadas y que corremos el riesgo de lesionarnos, lo que nos pondría a descansar por un tiempo más prolongado. El descanso es clave, pero no puede serlo todo.

Ganarle al sol requiere de un balance entre la actividad y el descanso, que no haya un exceso de ninguno. Cuando añades este balance a poner a Dios primero, los milagros comienzan a suceder desde temprano. Tus mañanas comunes son transformadas en mañanas milagrosas. Desafortunadamente, los que se quedan dormidos no ven muchas mañanas milagrosas. A este tipo de personas, la Biblia les llama «perezosas» y no tienen una vida ni un final feliz.

Al observar la creación, puedes darte cuenta de que todos los seres vivos estamos hechos con un interruptor integrado justo para ayudar a que exista este balance. Este interruptor tiene un ciclo de activación y desactivación que nos indica que, en nuestro caso, es necesario vivir de día y no de noche. Hay cosas que descubrir y situaciones que enfrentar, y a veces cuando la gente es perezosa es para escaparse y evadir sus responsabilidades, o es simplemente eso: flojera. De una manera u otra, no es una buena señal.

Para evitar caer en la pereza y, al mismo tiempo, ganarle al sol, el autor secular Robin Sharma describe cinco puntos en su libro Controla tus mañanas e impulsa tu día. Nosotros, sin embargo, le añadiremos uno a su lista:

1) Pon primero a Dios. Si le ganas al sol y te levantas a las 5 a.m., todos los demás estarán dormidos y podrás estar a solas con Dios, tal como Él quiere encontrarte.

2) La distracción es el fin de la producción.

3) Las excusas no hacen a ningún genio.

4) Todo cambio es duro al principio, desordenado a la mitad, pero precioso al final.

5) Para formar parte del 5% que sí ve los resultados, es necesario hacer lo que el 95% no quiere hacer.

6) Cuando te quieras rendir, simplemente continúa. Porque si tienes a Dios, no hay nada que no puedas enfrentar.

Hoy piensa en tu vida: ¿le estás haciendo caso al interruptor de Dios o estás dejando sonar la alarma? ¿Hay un balance en tu vida? O, ¿te has vuelto perezoso? Si esta última es afirmativa, entonces, ¡hoy haz el cambio!