La Palabra de Dios: ¡Vívela!Muestra

Carta de Dios a tu vida

Millones de libros han sido publicados en el mundo, sin embargo, el único que continúa vigente es la Palabra de Dios. Por eso, hemos creado este Plan de lectura para recordar y celebrar su impacto. Y junto a distintos referentes internacionales nos unimos a través de estos devocionales para compartirlos contigo.

Por muchos años prediqué y enseñé la Biblia. Mi mensaje giraba en torno a la importancia del estudio bíblico. Mis profesores de la universidad cristiana y del seminario me habían deslumbrado con su saber. Quería ser como ellos: una persona con profundos conocimientos de la Palabra de Dios.

Pero todo mi conocimiento era intelectual, y el intelecto es limitado y requiere que se le estimule periódicamente. Por lo tanto, leía comentarios, enseñanzas profundas, diversos temas controversiales. Pero, con el correr del tiempo me desgasté intelectualmente, al punto en que ya no tenía interés en leer libros o materiales teológicos. Me había cansado de discutir temas religiosos. Estaba frustrado. Necesitaba ser renovado.

¿Cuál era mi problema? No tenía una relación íntima con mi Padre ni con el Espíritu Santo. Es muy difícil estudiar en profundidad a alguien que no conocemos íntimamente. Aunque conocía la Biblia, no conocía el corazón de Su autor. No debemos olvidar que antes que ella fuera escrita, Dios ya era Dios.

Una tarde, Dios me mostró un camino de intimidad que se iniciaba en la adoración, el descanso, el aprender a esperar y confiar en Él. Desde ese día, cierro la puerta de mi lugar de oración, pongo música que me ayuda a adorar. Melodías que declaran Su grandeza, Su Palabra. Y al escuchar la Palabra de Dios cantada, la fe llega, entonces le dedico mi adoración, dirijo mi atención a Él, al Salvador de mi vida, a mi Escudo, al que levanta mi cabeza, al que me ama. Cada encrucijada de la vida desaparece cuando uno comienza a alabar y a cantar:

Mi corazón entona la canción,

¡Cuán grande es Él!

¡Cuán grande es Él!

En ese tiempo de intimidad, aprendí a tener comunión con Él y a recibir vislumbres de la Palabra de Dios. El Espíritu me instruía, me ministraba y me edificaba. Dios me estaba llevando a un lugar nuevo. Él me estaba renovando. No olvides que la Biblia es una carta de Dios para tu vida. En ella, Dios te está revelando Su corazón.

Por David Greco - Conferencista, autor y pastor de la Iglesia Puerta del Rey, en Woodland Park, Nueva Jersey, EUA.