Pasar De Nivel: Cómo Profundizar Tu Relación Con DiosMuestra

El nivel del amor paternal

¿Alguna vez pensaste que Dios se alejó de ti por tus malas decisiones? ¿Sentiste que no podías volver a acercarte porque habías ido muy lejos con tu pecado?

En Juan 1:12 leemos a Jesús enseñando que “...a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios”. Romanos 8:15 dice “...ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando Él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre»”.

En este nivel nos encontramos luchando con la idea que tenemos de Dios como “Padre”.

Puede ser que en cierto tiempo de nuestra vida tiemble la certeza de nuestra condición de ser amados y adoptados por Dios y nos preguntemos por nuestro valor para Él. Nos hacemos una idea de Dios como un padre que castiga, que no perdona, que te da según lo bueno o malo que hagas… Esto nos dificulta el caminar de nuestra fe.

Algunas señales para ayudarte a identificar si estás en este nivel:

• Piensas que tienes que ser perfecto para ser amado.
• Cada vez que pecas, dejas de orar y te alejas de Dios.
• Crees que las cosas malas te suceden porque Dios te castiga.
• Tienes miedo de que Dios te rechace o de perder tu salvación.

Si te pasa alguna de estas cosas, es momento de avanzar de nivel y aferrarte a una imagen acertada de Dios como Padre.

En Lucas 15 se nos cuenta la historia de un hijo que le pide a su papá que le adelante su herencia. Este abandona a su padre, malgasta todo el dinero, y habiendo tocado fondo llega a la única conclusión de volver a su casa a pedirle a su padre ser recibido aunque sea como un trabajador. Su papá corre a su encuentro, lo abraza, y hace un banquete celebrando su regreso. Esta historia nos muestra que el amor de Dios hacia sus hijos no se basa en lo que hacen, sino en su condición de hijos. Podemos entender cómo se siente el hijo de la historia, porque así nos sentimos nosotros cuando pensamos en cómo Dios debería tomar en cuenta nuestras equivocaciones. Pero más allá de lo que sintamos, hay una realidad superior: el hijo siempre es hijo, y el amor del padre permanece.

Su amor y paternidad, siempre es por gracia, es decir es un regalo. Se basa en el sacrificio de Jesús en la cruz, en el cual tomó el lugar que nosotros merecíamos por nuestro pecado, y no depende de las cosas que podamos hacer mal ni de todas las que podamos hacer bien.

¿Cuál es tu pensamiento más común acerca de Dios cuando estás en una mala temporada?

Si quieres pasar de nivel, comienza orando y entregando a Dios estos pensamientos. Enfócate en este Padre Amoroso lleno de gracia que te recibe tal y cómo estás y quiere estar cerca tuyo siempre para ayudarte a seguir creciendo y mejorando.