La BatallaMuestra

«Cuando yo veo batallas, Tú ves la victoria. Cuando veo montañas, Tú las puedes mover. Al caminar por la sombra, Tu amor me envuelve. Ya no tengo miedo, pues seguro estoy en Ti».

¿Cómo mantienes tus ojos en Dios durante una batalla?

El enemigo sabe que la mejor manera de derrotarnos en la batalla es apartar la vista de Aquel que nos está guiando. Es fácil para él hacer esto cuando estamos en medio de una pelea larga y dura. Cuando estamos exhaustos, nuestra fe comienza a flaquear y comenzamos a enfocarnos en las mentiras que el enemigo nos alimenta. Él susurra mentiras en nuestros oídos y si no tenemos nuestros ojos en el Señor, es fácil que nuestra mente comience a creerlas.

Sin embargo, cuando recordamos lo que el Señor ha hecho por nosotros antes y vemos las cosas desde una perspectiva más grande que nosotros mismos, estamos equipados para soportar cualquier batalla. «La Batalla» dice que cuando «vemos una batalla, el Señor ve una victoria», lo cual es un maravilloso recordatorio de Su soberanía sobre todo. Aunque podamos sentirnos derrotados, Él solo está comenzando.

Al regresar a 2 Crónicas 20, Josafat se para frente a Judá y Jerusalén frente al patio del templo. Allí habla, recordando el poder del Señor que ha hecho muchas cosas milagrosas antes. «¿No eres tú el Dios que está en los cielos? Tú gobiernas sobre todos los reinos de las naciones. El poder y la fuerza están en tu mano, y nadie puede resistirte. Dios nuestro, ¿no echaste tú a los habitantes de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste para siempre a la descendencia de Abraham tu amigo?» (versículos 6-7).

¡Es fácil enfocar nuestros ojos en el Señor en la batalla cuando recordamos cómo nos ha librado antes! Al hablar de la poderosa provisión del Señor para el pueblo de Israel, ha levantado la moral tanto en su propia alma como en las almas de los demás en el atrio.

Cuando elegimos enfocar nuestros ojos en la victoria de Dios, las montañas que Él ha movido y Su amor que nos rodea, podemos mantenernos firmes sabiendo que estamos seguros con Él.

Ora conmigo.

Señor, oro para que enfoques mis ojos en las montañas que has movido por mí en el pasado. Ayúdame a recordar que Tus planes siempre son más grandes que los míos y que siempre estás presente, incluso cuando me siento solo. Gracias, Señor, por lo que eres y todo lo que has hecho por mí.

¡Ora esta oración a lo largo de tu día para volver a enfocar tus ojos en Él y escucha «La Batalla»!